Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Necesidad de atención

16/05/2023

Es indudable, que no habrá sosiego, si no se estima fielmente el orden nativo y el vínculo que nos hace linaje en lo más puro de la luz. Por consiguiente, fuera agentes contaminantes, que todo lo corrompen con falsedades y desprecios;  introduzcámonos en el auténtico diálogo, sustentado en sólidas leyes morales, que es lo que facilita el entenderse y acercarse. 
Sea como fuere, si en verdad queremos propiciar sociedades tranquilas, ecuánimes e inclusivas que estén libres del sobresalto y la violencia, tenemos que comenzar por querernos a nosotros mismos, al menos para poder frenar todos las inmoralidades que nos deshumanizan por completo. La inhumanidad ha comenzado desde el instante que cultivamos la indiferencia entre nosotros, que nos convierte en verdaderos monstruos, sin la esencia de caminante solidario ni tampoco conciencia de poeta.  
Indudablemente, el hermanamiento entre análogos no llegará hasta que notemos en nuestro interior el primer efecto del amor, que no es otro que el afecto de veneración hacia quien se ama. Por desgracia, hoy muchas gentes tienen más necesidad de atención que de alimentos. De ahí, el empeño en preservar a las generaciones venideras del flagelo del mayor abismo, el del rechazo. Nuestra gran asignatura pendiente, puede que sea ese abandono entre semejantes, cuando sabemos que el fervor por los otros concurre en la primera condición para hermanarse, en el interés del bien colectivo para saber vivir con la dimensión de los valores. Está visto que necesitamos desarmarnos para ennoblecernos, con arsenales que activen el culto al abrazo y el cultivo de la palabra, que es lo que de veras nos aproxima. 
Echando una visual al mapa del globo terráqueo, es público y notorio a nivel universal que las diversas crisis humanitarias y el aluvión de contiendas, sean cada vez más complejas y con mayores secuelas. Tenemos que evitar, en consecuencia, que las disputas concluyan en guerra. Quizás tengamos que comenzar por aceptarnos a nosotros mismos, por comprender y respetar el valor de la diversidad. De lo contrario, proseguiremos en deshecho; enfermedad que nos fracciona, cuando todos necesitamos cuidados entre sí. ¡Sembremos corazón! 

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