Está acaeciendo, que es algo así como amaneciendo, pero sin barandilla. Lo digo porque todavía resuenan con alegría los cánticos de mi tierra de las albarcas gigantes que aparecieron empotradas/incrustadas en la torre de la iglesia. Y ahí siguen a la espera de resolución o decisión de las fuerzas vivas con mando en plaza. O sea que la cosa va para largo. Lo cual es extraño vista la maña que se dan con otras cosas, casi siempre de las de quitar y no de las de poner. Pero hoy no toca hablar de las harinas de otros costales. A lo que voy -por lo que ha contado Clotilde a Tomás y Tomás a Eutiquio y Eutiquio a Tiburcio (por teléfono pues está en Benidorm con otros abuelos de farra y trasnoche poco)-, es a lo siguiente: que se han visto dos gigantes que bien podrían ser los poseedores de los pinreles que calzaban las ¿madreñas? Tan real como los osos a la puerta de Palencia, ha comentado Lucila. A lo que Hortensia ha murmurado que lo otro también es verdad y cada cual se las componga con sus creencias. Que no es cuestión de quitar o poner razones, aunque para la Luisa son molinos con aspas que quitan el hipo y que generan energía a ratos sí y luego ya no o vaya usted a saber. Y anda en la ecuación un avión raro que dispersa las nubes para que no llueva, apunta Amancio y que puede ser la causa de todo lo que acaece que no es poco. ¿Eh? Claro Antonia, que lanzaron los zapatones desde el altozano, rebotaron en las hélices eólicas y la fuerza centrípeta convulsionó como garbanzo en cocido y con la hipotenusa calculada acabaron en la torre. ¿Los gigantes? Los otros, vocifera Clementina mientras se pela una manzana reineta. ¿Me traes luego mortadela? ¿Quién? Y un vaso de clarete. También dos huevos duros. Conversación que mantienen rodeados por un grupo de turistas andorranos que andan haciendo unas leguas por los atrases. Ellos miran y el único que parla castellano se lo va traduciendo como si fuera el congreso. Alucinan mientras pican pepinillos en salsa rosa. Al final se van y nuestros protagonistas empiezan a partirse el eje y el pecho. La hemos montado buena y se marchan donde Paco a por un café bien cargado. Al final les toca hacer teatrito para mantener vivas las esencias. Es que son artistas motivados. ¿Será?