Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Acaece

30/09/2023

Está acaeciendo, que es algo así como amaneciendo, pero sin barandilla. Lo digo porque todavía resuenan con alegría los cánticos de mi tierra de las albarcas gigantes que aparecieron empotradas/incrustadas en la torre de la iglesia. Y ahí siguen a la espera de resolución o decisión de las fuerzas vivas con mando en plaza. O sea que la cosa va para largo. Lo cual es extraño vista la maña que se dan con otras cosas, casi siempre de las de quitar y no de las de poner. Pero hoy no toca hablar de las harinas de otros costales. A lo que voy -por lo que ha contado Clotilde a Tomás y Tomás a Eutiquio y Eutiquio a Tiburcio (por teléfono pues está en Benidorm con otros abuelos de farra y trasnoche poco)-, es a lo siguiente: que se han visto dos gigantes que bien podrían ser los poseedores de los pinreles que calzaban las ¿madreñas? Tan real como los osos a la puerta de Palencia, ha comentado Lucila. A lo que Hortensia ha murmurado que lo otro también es verdad y cada cual se las componga con sus creencias. Que no es cuestión de quitar o poner razones, aunque para la Luisa son molinos con aspas que quitan el hipo y que generan energía a ratos sí y luego ya no o vaya usted a saber. Y anda en la ecuación un avión raro que dispersa las nubes para que no llueva, apunta Amancio y que puede ser la causa de todo lo que acaece que no es poco. ¿Eh? Claro Antonia, que lanzaron los zapatones desde el altozano, rebotaron en las hélices eólicas y la fuerza centrípeta convulsionó como garbanzo en cocido y con la hipotenusa calculada acabaron en la torre. ¿Los gigantes? Los otros, vocifera Clementina mientras se pela una manzana reineta. ¿Me traes luego mortadela? ¿Quién? Y un vaso de clarete. También dos huevos duros. Conversación que mantienen rodeados por un grupo de turistas andorranos que andan haciendo unas leguas por los atrases. Ellos miran y el único que parla castellano se lo va traduciendo como si fuera el congreso. Alucinan mientras pican pepinillos en salsa rosa. Al final se van y nuestros protagonistas empiezan a partirse el eje y el pecho. La hemos montado buena y se marchan donde Paco a por un café bien cargado. Al final les toca hacer teatrito para mantener vivas las esencias. Es que son artistas motivados. ¿Será?

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