Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Excursión a San Jorde

02/06/2023

El día 21 de abril recibí un mensaje de Amando Vega, oriundo de La Ojeda, profesor en la Universidad del País Vasco, involucrado en lo que puede para que no se eche en saco roto todo lo que llevamos anotado sobre la necesidad de un revulsivo que devuelva la luz a estos rincones amenazados por la despoblación. Recuerdo lo que escribí a propósito de esta Madeja de hoy, allá por 2012. Entre San Pedro de Moarves y Villabermudo -en terreno de la Vid de Ojeda- se encuentra en estado ruinoso la ermita de San Jorde. Me cuenta que el domingo 23 de abril se ha organizado una marcha en Zorita del Páramo, Sotillo de Boedo, Sotobañado, Priorato, Dehesa de Romanos, Prádanos de Ojeda, Herrera de Pisuerga y Villabermudo. De todos esos puntos salía gente para San Jorde a entonar un manifiesto contra la despoblación rural. Casualidades de la vida, el día 22 cuando me escribe Amando, me encuentro en Autillo, un pueblo recién hermanado con San José de los Reynoso, en el estado mexicano de Jalisco, cuya fundación tuvo que ver con el noble Gutierre Pérez de Reinoso, nacido en Reinoso de Cerrato en el 1120, de cuya población fue señor. Asistimos a la inauguración de una exposición que presenta mi colaboradora y amiga Francisca González del Castillo, en el Palacio nombrado de Doña Berenguela que unos meses atrás se encontraba en la lista Roja del Patrimonio. En 2019, los Tejerina se lo donan al Ayuntamiento que busca y consigue recuperarlo. Unos y otros, desde puntos tan distantes, cada uno a su manera, interactúan para que quienes pueden y deben se pongan las pilas y defiendan y visiten estos sitios.
Hay situaciones que no cambian, no importa quién gobierne. Y que no importan en un elevado tanto por ciento a nadie. Tienes la impresión de que no se puede hacer nada, porque, cuando te importa algo de verdad, porque quieres al pueblo, porque naciste aquí, porque vuelves cuando puedes, porque estás en contra de esos olvidos que se van llevando nuestra esencia, te pones manos a la obra allá donde te encuentres y mueves lo que sea necesario para que alguien vuelva los ojos. Una cosa sí tengo clara, no me van a detener la incomprensión ni los silencios. Alguna puerta se abrirá.