Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Va de loza

14/10/2023

Hoy he visto magia en los vasares de la despensa, cuya puerta nace cuasi pegada a la bilbaína de la cocina. Está todo más limpio que el jaspe. Nuevo, radiante, en perfecto estado de revista. Y ahí, de soslayo, he asistido al baile de la loza. Vajilla lozana, tanto monocroma como decorada, feliz en su barro cocido, que bien podría traer sacramentos bendecidos en formas suculentas que buscan frío para hacerse cuchara y plato con sobremesa y café. Se denota sosiego en la cacharrería, porque saben que fueron la alternativa a la porcelana, haciéndose más económicas y con precios más populares para llegar a todos los públicos. Fueron la democracia de la mesa, con más peso y más facilidad de quebrar en el amago del uso, aunque nada hay más cercano que un barro arcilloso de la tierra o de las colindantes. Pero a lo que voy: llanos y hondos, paletas de madera y cazos de latón se han levantado en armas y han decidido marcharse a la aventura. He visto como abandonaban sus cajones y su ubicación en las colgaduras habituales. A eso de las nueve de la mañana de hoy -los frescos del día-, se iniciaban en una procesión con rezos en latín mezclados con un tic tac que llegaba desde el reloj de cuco del salón y que proferían un realce celestial cuando no de onomatopeya. En verdad os digo que ha sido una vivencia sin igual, pues no todos los sábados se puede sentir en voz trémula cómo los enseres culinarios emprenden rumbo a un nuevo mundo, o tal vez a la caída de los añicos que terminarán en el contenedor pertinente. Se han marchado cantando My Way en tono folk y me ha pasado cerca de la cabeza un tenedor que bien parecía gario de trinchar gochos sin piedad y con pasión. He dado un toque a varios vecinos para que pudieran vivir y ensalzar conmigo esta experiencia de sopa y ajo. O a lo mejor he asistido a una manifestación reivindicativa de un sector inanimado que deseó estar más mimado y menos chupado o harto de tanto estropajo y dame otra agua para el enjuague. A saber. Pero me he sentido reconfortado entre el movimiento de no entender nada. Sin embargo, la cafetera ha ejercido de chimenea de vapor y ha silbado como un tren; sus prédicas eran claras. Quieren conocer mundo, vetar la inducción y tomar medidas. Veremos.