Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Con estos mimbres...

07/01/2024

«En alguna ocasión se ha señalado. La Comisión de Venecia ha representado un papel semejante al que la función consultiva de alto nivel desempeña en algunos estados de la UE. Esta función consultiva no la han podido ejercer las instituciones nacionales en el caso de la actual amnistía española porque se ha presentado el texto como una proposición de ley en lugar de como proyecto de ley». «Lo que es evidente es que se ha tratado de eludir así los informes preceptivos del Consejo de Estado y del Consejo General del Poder Judicia» -Belén Becerril, profesora de derecho de la UE-.  Repasaba titulares de prensa escrita de fin de año y la mayoritaria de la población no está para tirar cohetes. Sabe que son viles y tiranos: «El Consorcio Tributario da vía para la Independencia fiscal de Cataluña»,  «Bildu celebra que la nación vasco-navarra esté más cerca gracias al PSOE», «Los economistas avisan que sería un primer paso hacia un concierto vasco», «La Generalitat reclama al Gobierno el traspaso de 80.000 docentes del Estado y pasen a depender del Govern», «Preocupación empresarial al alza»,  «La financiación pasaría a depender solo de Madrid». Todo es así; no hay más. En este país que fabrica tanta desigualdad entre españoles ¿es justo, lícito y lógico lo que hace un grupo a espaldas de todo un país; es un qué más da, una pesadilla o estamos fuera de control? ¿Cómo es posible que parte de una nación pueda alternar un lado y otro de la cara aguantando tantas bofetadas y humillaciones sin que nada pase? Soy una de aquellos niños de la guerra española que en 2024 sigue dentro de aquella generación y me siento traicionada, triste, ninguneada, frustrada y rechazada en mi propio país. ¿Por qué debo entender que no soy igual a otros ciudadanos? Estoy al final del camino, pero las generaciones que vienen detrás salvo los adjuntos al nuevo régimen, tampoco cuentan para nada. Pero he de reconocer que es muy difícil desprenderse de la figura  de este presidente. Porque este hombre hace una apuesta con el mismísimo Lucifer, y le gana. ¿Qué cestos saldrán con estos mimbres? Ojalá sea bueno un año que empieza tan mal como acaba el anterior.