Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Ciento tres septiembres

07/04/2024

Toñi, una TCAE de la Residencia de Mayores Puente de Hierro, me presentó a María Asunción Gutiérrez. Cuando vi su cara, su expresión, sentí un profundo respeto hacia ella y me dije, «esta señora es un cielo». Nació en la calle Panaderas. A los cinco años perdió a su padre, al que aún recuerda, y sobre sus espaldas, tiene una amplia trayectoria de trabajos. Comenta su labor en la fábrica de mantas de Dª Julia, de 6 de la tarde a 6 de la mañana por 2,40 pesetas. Hablando con ella, mi convicción se confunde pues a medida que nos hacemos mayores, todas nuestras conductas y experiencias se encuentran determinadas por procesos psicológicos debido a cambios sensoriales, memoria, inteligencia, aprendizaje, capacidad cognitiva, creatividad, etc… Pues todo eso, Asun, lo tiene más que reforzado. A su edad, no hay nada que le impida rememorar, porque aunque tenga mermadas sus fuerzas, su entendimiento sigue adelante con su prodigiosa mente, a veces, dice no estar segura, nadie lo está Asun de contar con el tiempo preciso y usted, sigue repasando su vida entre mezclas de alegrías y tristezas sin arrepentirse de nada. Asun, irradia serenidad. Está cargada de gratitud, de cariño hacia su familia y a cuantos aquí la atienden. Es mujer de gran voluntad que dice no haber dejado nada al azar, su carácter y sus 103 septiembres, debe servirnos de ejemplo. Particularmente, Asun, me ha contagiado su curiosidad, su predisposición a tener confianza sobre sí misma, tanto, como para buscar la capacidad de razonar en soliloquio, como para dar argumentos. Cada noche dice repasar un trocito de su vida y recuerda a sus hijos y cinco nietos. Habla de ellos y se detiene en los dos que ya no están uno de ellos, Félix de la Vega, reconocido pintor palentino. Y no duda, cuando afirma que los jóvenes de hoy están más preparados. No hay tema que prefiera no tocar. Hay muchas personas que al llegar a cierta edad la autoestima ya no les interesa cosa que en Asun, no se da. Y, piensa, que hay que seguir adelante hasta que Dios quiera y es una buena verdad, que todos, queremos vivir, pero no sobrevivir. Y Asun, me revela un deseo que intentaré cumplir.