Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Espíritu sedicioso

24/03/2024

Si la situación fuera tan  buena, todos seriamos felices y comeríamos perdices. Jamás  creímos que coparía nuestras vidas como ciudadanos libres. Nadie nos dijo que en esta democracia, un presidente de Gobierno y un huido, sin más, podían dictar leyes para dejar al segundo y a muchos más tan impolutos como a recién nacidos. Tan lejos están llegando que puede que deban dejar por el camino parte de sus viejas siglas. Dice Monika Hohlmeier, presidenta de la Comisión de Control: «No conozco otro país en la UE que deje malversar a los separatistas». Pues sí, señora, este gran país de la paella, menestra, tapas, etc. de vez en cuando procrea gente de lo más cínica, pues hubo un Duque de Lerma que fue su mayor ladrón; un conde Don Julián; un Francisco de Miranda, español aunque nacido en América y más. Y como aquellos y estos, para actuar tal cual han de ser despreciadores del vulgo, en política, siempre se ponen del lado tirano y piensan que obedecer la voluntad de un solo hombre también significa ley. Y les importa muy poco no comunicarse con el pueblo al que creen gente que carece de entendimiento y ha de estar a sus órdenes, porque aunque hayan prestado oído a los medios de información, les creen sordos. Que como dijo no sé quién, «los presentes están ausentes». Que un solo hombre y sus rentistas tengan todo el control de hacer y deshacer a su antojo, con fingido fervor patriótico, tiene otro nombre. Creíamos vivir en una democracia donde el pueblo soberano tenía la palabra, pero no es así. El poder político procede del pueblo, pero no es ejercido por él, sino por unos representantes elegidos por medio del voto. Pero ese poder político divide, hipoteca, regala y hace todo lo que dijo jamás haría. Y si en asuntos de tanto calado el pueblo no participa es porque está excluido. Lo trágico, es que parece que sea cosa normal. Y con top secret, negocian en el extranjero con quienes quieren destruirnos y no reparan en reconocer que seguirán adelante. No hay solidaridad ni  igualdad, solo odio y feudo; a unos se les perdonan todos sus pecados y los demás necesitaran años para cumplir con la penitencia: el desguace está en marcha.