Bueno, pues dejados atrás ya estos pasados días que, por lo que a los palentinos respecta, aparte de venir marcados por el final del verano como tal, giraron también en torno a las actos culturales programados por el consistorio con motivo de la celebración de San Antolín,  y con el principio del curso escolar de nuevo en puertas al llegar estas fechas del mes de septiembre –este viernes próximo en concreto-, nos disponemos a iniciar la última etapa de un año que comenzábamos con la esperanza de que durante su transcurso pudiésemos ir adquiriendo una normalidad en el devenir de nuestras vidas; aunque hasta el momento no ha sido posible en su totalidad.
Y estamos aquí, expectantes ante este último período de tiempo del año que, entre otras cosas, vendrá marcado por el deseo unánime de que, una vez conseguido ese porcentaje del 70% de la población vacunada contra el Covid-19, hayamos adquirido ya una cierta inmunidad frente al virus y entremos definitivamente en una nueva etapa de un devenir natural de nuestras vidas; lo que hasta ahora nos ha venido impidiendo esta pandemia que venimos arrastrando desde un tiempo que se nos antoja excesivamente largo.
Bien, pues con todo ello y con este deseo tan normal que seguiremos teniendo presente cada uno de nosotros cada uno de los días, y con la aportación de cada cual al respecto, según el papel o quehacer desempeñado en la sociedad, seguro que nuestro campo de acción va a ser cada vez mayor, vamos a ir recuperando rutinas, usos y costumbres, actividades suspendidas y, sobre todo, libertades hoy por hoy restringidas en muchos aspectos.   
Y todo, mediatizado además por un nuevo curso político que seguirá pareciendo, previsiblemente, un campo minado, donde puede saltar a cada paso la sorpresa política, tanto a nivel nacional como internacional, que detraiga esfuerzos y recursos en detrimento de esa otra lucha contra el virus, en la que llevamos empeñados demasiado tiempo ya. 
De todos modos, habiendo pasado lo que hemos pasado, lo que nos queda nos parece ya mucho menos en comparación, y seguimos con la esperanza firme en el final próximo de este mal sueño.