José Javier Terán

El rincón palentino

José Javier Terán


San Marcos, El Sotillo

24/04/2024

Si hay un par de tradiciones en la ciudad, cercanas en el tiempo cada año en cuanto a su ejecución y desarrollo de las mismas, trasladadas al marco de una fiesta que suscita un fuerte sentimiento palentino arraigado muy mucho en torno a ellas y a sus usos y costumbres, y aglutinando por ello a un gran número de personas en su celebración, estas serían -aparte, claro está, de la fiesta de nuestro patrono San Antolín-, la Romería de Santo Toribio en el barrio del Cristo y la Romería de San Marcos en el parque del Sotillo.
Ambas con los aditamentos propios de una romería, entendiendo esta como un viaje en peregrinación a un determinado lugar por devoción a un señalado santo, ubicado sobre todo en un terreno o paraje campestre o de montaña.
La primera de estas dos romerías, la acabamos de celebrar este pasado fin de semana, con la tradicional pedrea del pan y el quesillo, en torno a las laderas del Cristo del Otero y sus campas aledañas.  
Y la segunda de ellas, la de San Marcos, multitudinaria romería en la ribera del Carrión, en el entrañable y emblemático marco del Sotillo de los Canónigos, tras cruzar el río a través de nuestro famoso Puentecillas, nos espera en la jornada de mañana jueves, 25 de abril. 
En otro tiempo, parece que la tradición nos hablaría en este caso de las conocidas rogativas implorando los vecinos la lluvia para sus campos.  Actualmente, trasladada a la tarde de ese día en la amplia campa del parque del Sotillo, donde se asientan decenas de casetas de feria, puestos típicos de venta ambulante de almendras, avellanas y otra serie de productos alimenticios y golosinas; carruseles y otras atracciones festivas, sobre todo para la grey infantil.  
Pero destacando por encima de todo en esta fiesta, la popular degustación de caracoles, de obligada presencia en la romería, en cuyo seno se produce también un concurso de cocina para este popular molusco.
Y mientras la tarde se va apagando y la noche le toma el relevo en tan espectacular marco, la música de la verbena popular deja toda su esencia en el frescor de la pradera, que se muestra a esa hora repleta de palentinos.