Y Juanas. Juegos, jolgorios y juergas para jóvenes que jalonan como juglares los jeroglíficos del nuevo estío. Juntas improvisadas sin juramento ni jugarreta; juiciosas a poder ser, de júbilo sin jaula y jarabe sin jabón. Sin jirones, con jurado popular y pilones de brebaje natural. Joyas de enjundia al estilo jónico, juntando jornadas de cuarzo y jazmín. Jilgueros sin jerarquías y jarrones japoneses al jovial cante jondo de jengibre a la juliana. Semanas sin jueves ni jolines, que todo el campo es jubileo y todo jean un jaleo sin mate ni jaque. Quizá una jaqueca de jabalí sin jerarquizar o un juicio de nunca jamás. Así viene la cajetilla retozona del jubón arremangado a la sisa canicular, con sus jabatos jalonados de jaculatorias. Ojalá que lo disfruten, que el boreal tiene su jota para ojos de ujier y ajuares de ajedrez. Jaranas sin jara, pero con ejercicio de ojear sin jeringar ni gimotear. Al lío de la jerga y la peña, de juerga con Júpiter como ofrenda salerosa y jabirú importado. Justo lo que se andaba jarreando, siendo jacarandosos en el juncal y la junquera. A vivir en la jungla jadeante de la jactancia, siendo jornaleros de junio y julio en el jamar sin dejadez. De brasas por delante y por detrás, de jofainas gigantes, exentas de jinetas, tal vez con jinetes jalapeños y jacintos jalbegados. A jalearse en la conga de Jalisco, evitando el jamacuco, dándole al jamón de cinco jotas, jaspeando la noche a lo jocoso y por julepe si caen las cartas buenas. Pero jamás a lo jumento, hijos; y siempre fijándose en no pisar el juanete ajeno que eso joroba mucho. Ja, ja, ja, cambiando de letra para que no falte el brío en los días de hoguera y fuego, purificando almas y cuerpos al desgaste verbenero y cadera playera. Dándole a tu cuerpo alegría Macarena y Macario. Porque lo moreno mortifica, como si fueran veleros volantes y ventiladores sin vapor, violín o viñeta. Sin puñetas. Con veneno nocturno que no se venga, con la ventaja de las vacaciones nada virtuales, verbales sin vergüenza, vacunados vitaliciamente, siendo vertebrados que se visten de viaje sin vendas ni vulnerabilidad. Con V de victoria, vicisitud sin víctima, con velocidad en vena y vela voraz. Volteando valles y vientos con verdad verdadera. Va.