El jueves contaba que Pilar Herrero me recibió en su estudio. Fue un auténtico placer descubrir la cantidad de materiales sobre los que ha estudiado y trabajado. Sin, embargo, puedo decir que sus manos se mueven y dan vida a sus esculturas de un modo personalísimo cuando modela en barro que, muchas veces, pasa a ser obra en bronce. Creo que sus obras deberían ser expuestas y que lo palentinos pudieran disfrutar viéndolas, tocándolas, acariciando cada una de sus formas, dejando volar la imaginación hasta lograr el punto en el que -sentimiento y realidad- se funden de un modo tal especial que no deja a nadie indiferente. Y como, soñar en libertad es posible, voy a hablarles de un sueño que Pilar me transmitió con la magia de su palabra y que observé en su estudio, en bronce a tamaño de 30 cm, pero que ganaban altura entre 6 y 12 metros…
 Hablemos de sueños; viajemos en el tiempo hasta la época en la que Enrique el de las mercedes por las muchas que otorgó en vida para poder seguir en el trono a pesar de errores y «haber dado muerte, en los campos de Utiel, en pelea cuerpo» a  su hermanastro Pedro El Justiciero o Pedro el Cruel, según distintos historiadores. Le sucede su hijo Juan I de Castilla, quien, enamorado de la hija de Pedro IV el Ceremonioso, rey de Aragón, se casó con ella. Fue un rey austero y valiente querido por su pueblo. La mujer palentina  siente el orgullo de haber sido distinguida con la banda dorada precisamente por este rey, como premio a que supieron hacerle frente al duque de Lancaster, Juan de Gante, casado con Constanza, hija de María de Padilla y de Pedro el Justiciero, que aspiraba a ser rey de Castilla. Las mujeres palentinas lograron que desistiera de  sus pretensiones. 
Este es el sueño de Pilar que hoy comparto. Ojalá que quienes pueden hacerlo realidad se animen. Es un homenaje dedicado a la mujer palentina, en bronce dorado, en recuerdo de la banda ganada por quienes nos precedieron en el tiempo. Consiste en un conjunto escultórico formado  por Centinelas del Alba (de 5 a 7 obras). Centinelas del Camino (de 5 a 7 obras) y Centinelas de la noche (de 3 a 7 obras). Podrían estar colocadas de modo que, fuesen los auténticos guardianes. Los sueños son realidad palpable, a veces. Que nadie renuncie a soñar.