Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


Que sus palabras arrastren   

22/10/2020

La princesa Leonor pronunció en el acto de entrega de los premios Princesa de Asturias, un discurso que debería invitar a la reflexión. Cualquier persona con algo de sensibilidad y que se sienta mínimamente responsable ante los tiempos que vivimos estará de acuerdo conmigo. La princesa, una adolescente que acaba de dejar atrás su etapa de niñez. Pronto cumplirá 15 años. Felicitó a los premiados y, habló con la inocencia que se le escapa por los ojos, fruto de su bondad y del buen ejemplo de sus padres. Lo hizo con sencillez. Puso en alto la bandera del deber que nos concita, sin exclusión en momentos difíciles, dolorosos: la pandemia que sufrimos y que a todos nos afecta. Ahora, deberíamos unir nuestras fuerzas, respetar responsablemente las normas de obligado cumplimiento y los protocolos sanitarios marcados. Sin protestas inútiles y palabras gruesas, falta de respeto y sentido común. 
Muchas ciudades se confinarán pronto. Otras, alargarán el periodo iniciado hace días. Soy persona mayor y de riesgo.  Es doloroso morir en aislamiento y soledad. Mi cariño para sus familiares. Denuncio públicamente el comportamiento insolidarios de quienes, por dar rienda suelta a sus apetitos personalísimos, cometen actos que son opuestos a las normas dictadas para luchar contra la Covid. Deseo que las palabras de la princesa Leonor lleven hacia la responsabilidad. Los datos de la pandemia que avanza en todos los países son alarmantes. 
Humildemente, pienso que no estamos en el momento de demostrar quién gobierna mejor e, incluso, aprovechar los gritos para hacer campaña cuando se debería llegar a consenso. Lo deduzco de tanta palabrería plena de insultos, ¿objetivo válido? Opino que no, que no. Lo importante es estos momentos es ponerse de acuerdo para evitar tantas muertes, tanto dolor y conseguir que el dinero prometido por Europa llegue para que, al menos, como dice un viejo refrán, las penas con pan sean menos. Ocurre que muchos compatriotas no tienen nada que llevarse a la boca. Puedo equivocarme si creo que la búsqueda del poder tienta y algunos partidos no están dispuestos a dejar que otros tomen decisiones acertadas y que siempre les parecen peores que las personales, ante las que no están dispuestos a claudicar.