Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Careta

18/02/2023

Ficticia o real. O ambas dos. Que son tiempos de carnestolendas que vaticinan ayunos. Y que pierden fuelle entre, ábrete sésamo que soy la cúrcuma que te hace más digestivo, libre de colesterol y morral repleto de triglicéridos positivos. Cuaresma es todos los días apuntan quienes ya no opinan en público. Todo pierde su sentido. Hasta el entierro de la sardina es asignatura opcional. He aquí el tiempo de la mascarada, donde la mezcla tiene la pureza que permite la redención sin pecado y propósito de la enmienda. Pero, en el fondo, el desquite nos permite convertirnos en otros, yo que puedo ser tú o viceversa si la rima se hace sabinera. A desfilar tocan, en días para enredar hasta con el concepto y donde la simbiosis se perfila como un selfie con brujas que son procesionaria de pinar. A zapatear llaman, siendo el bueno y el malo, la luz y la sombra, sin tedios ni arrumacos. Hay que dejarse llevar por la corriente, que alterna en un bar de cantina y cantinela sin centinelas. Con la goma de borrar orejas y tapar saturnales. Con un Apis que no se deja untar en un pan que rompe moldes y marca tendencia. Todo vale en el desmelene de la chanza burlona, con la sátira como hilo umbilical de embozo en comparsa. Ahora, la guasa no es una aplicación. Tal vez tenga un sabor casi olvidado de pegas, rueda, antruejos y venecianos alterados de lugar. Un puzzle de globalización que llega a la puerta de tu casa en caja de cartón y que esconde una sonrisa azul de bigotes de plástico y un travieso universo de Marvel. Quizá para que tus poderes sean tan terrenales como divinos. Y con todo el popurrí, quedarán, en el mejor de los casos, las esencias de lo que fue. Aunque nada hay que perviva a los nuevos tiempos efímeros. Bueno, una cosa es cierta: cada ritual lleva dentro un pasajero íntimo y perceptible que se terminará oxidando. Por ello nos dejamos arrastrar y es lo que procede. Dar a tu cuerpo alegría Macarena, dejando de lado introspecciones que tienen un fondo petrolífero. Total, mañana seremos materia orgánica acumulada en sedimentos del pasado geológico. De aquí a entonces que nos quiten lo bailado. O, dicho de otra manera, de polvo eres. En resumidas cuentas, las cenizas, como a las palabras, se las lleva el viento.