Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


... con piedras de molino

08/01/2023

Estoy de acuerdo con el significado del enunciado ya que son demasiado grandes como para poder tragar todo lo que está ocurriendo. Después de dos años de horrible pandemia salimos de otro donde el Gobierno tricéfalo ignora a la mayoría de la población al demostrar ser Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como. La cabeza principal dice: «Eso no va a suceder», sabiendo que sucederá, pues siguen amenazantes contra los poderes constituidos democráticamente. Ellos mismos lo vociferan y dictan sus propias leyes que les exoneran de ciertos excesos constitucionales. Y así, y a todo correr, el solícito Gobierno sin más consenso que el de ellos mismos y sus socios, convierten al hemiciclo en la mesa camilla de la cocina que divide a 47 millones de ciudadanos. Por la satisfacción de unos pocos (incluidos intereses propios del Gobierno) y el malestar de la gran mayoría, esto es la manera de hacer feliz a una clase y no a todo el Estado en su conjunto. ¡Denigrante! Dos, tres a lo sumo hablan. El resto calla. El sillón es sagrado. Las leyes salen adelante. Y se  promulgan otras que se comportan al revés de lo que predicaban y, aun viendo los efectos, el tiempo corre sin alterar ni una sola coma; ya no se sabe dónde radica lo bueno de una ley si al mismo tiempo, parece que se haya urdido algo contrario a la propia ley.     
No entendemos. Pero distinguimos el bien del mal. Justicia es igualdad y no hacer el bien a los amigos. Un juez no puede obedecer los mandatos de ningún poder político por muy alto que este sea, ya que el buen juez solo  hace caso a las Leyes, al menos, es lo que el pueblo cree. Visto lo visto, nos preguntamos: ¿Qué es lo justo? ¿Qué es lo injusto?  Y sobre esto las que hablan son las propias Leyes, ya que toda sentencia, en alguna parte he leído, está regulada por las Leyes. Lo justo es cuando todos los ciudadanos de un mismo país son tratados en igualdad. Lo injusto, es todo lo contrario. Y si siguen empeñados en tratar a la mayoría de esta vieja nación como a idiotas, bueno sería que antes o después haya quien reaccione y, en justicia, se lo hagan pagar. Hay asuntos demasiado caros que no deben abaratarse.

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