José María Nieto Vigil

Sin Perdón

José María Nieto Vigil


Marco Antonio

17/02/2023

Excelente escritor, estupendo traductor, magnífico periodista, brillante técnico editorial, sobresaliente director de comunicación y, sobre todo, extraordinaria persona y amigo fetén donde los haya. Su nombre, reconocido y conocido por muchos es, Marco Antonio Porras.
Desde hace tiempo deseaba escribir esta columna, pero no me resulta fácil reconocer y distinguir a un buen amigo como merece, ya que siempre seré injusto con su inmensa valía y calidad humana. Mis torpes e inhábiles palabras no son capaces de hacerle justicia y reflejar la talla que atesora como profesional del mundo de la comunicación y, menos aún, la calidad, la notoriedad y el valor que siempre me ha acreditado como ser humano.
No es lugar ni el momento de relacionar su fértil y fecunda trayectoria laboral, marcada por su competencia y buen hacer, pero sí es una magnífica oportunidad para destacar su enorme valor como escritor y comunicador. Frente a tantos escribidores, de escaso o nulo talento, tan prolíficos y abundantes en el panorama pseudo intelectual, Marco es diestro y hábil en el uso y el manejo de la palabra escrita y pronunciada, meticulosamente cuidada y bien escogida. Nunca defrauda, al contrario, siempre sorprende por su carácter erudito, instruido e ilustrado. Y es que también es un avezado investigador, entendido, leído y letrado sobre aquello que le interesa y opina.
Mi sencilla y humilde etopeya no puede dejar de poner de manifiesto sus profundos y arraigados valores cristianos, su trascendente visión de la vida, del hombre y del mundo, así como sus hondos principios morales y su irrenunciable devoción a la familia. Enamorado esposo, apasionado padre y amantísimo hijo, le describen en su perfil más íntimo y personal. 
Para mí siempre es un placer conversar con él y compartir inquietudes, duelos y quebrantos diversos. Me interesa escuchar su fino análisis y opinión sobre innumerables y variados temas, sin que nunca me defrauden sus exámenes o apreciaciones. Compartir amables parloteos siempre me ha resultado enriquecedor. Gracias, Marco, por tu amistad. 

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