Ahora que estamos en los comienzos del nuevo año, y cuando tantos buenos propósitos nos planteamos cara a los siguientes 365 días en lo tocante tanto a aspectos personales como a temas relacionados con los demás, no estaría de más o incluso sería un argumento o cuestión prioritaria el que, retomando lo ya apuntado en anteriores colaboraciones de que «todos remásemos en la misma dirección», reflexionásemos en voz alta durante un rato y viésemos si este devenir que están tomando los acontecimientos generales del país desde los últimos meses del pasado año, es el camino adecuado para hacer de nuestra patria un país mucho más fuerte y con una mayor proyección económica en el mundo.  
Evidentemente que no, sería la conclusión más lógica que saliera a relucir tras esa reflexión. Máxime este año que, en cuatro meses, nos vamos a tener que enfrentar a las urnas en unas elecciones locales y, en algunos lugares, autonómicas, que ya de por sí generan controversias y posiciones dispares ante determinados temas por parte de las diferentes formaciones políticas, que harán subir de tono los enfrentamientos verbales de uno y otro lado.
Bien, pues si eso es así y todos estamos convencidos de ello, por qué no aunar los esfuerzos de cada cual, aprovechar sus sinergias, sus conocimientos y ponerlos en común dialogando y negociando sobre los mismos, perdiendo de lo propio en algunos aspectos mientras, a cambio, se gana en otros, y sacar a la luz acuerdos que nos permitan marchar unidos por el progreso del país; salvando, claro está, los lógicos pensamientos discrepantes de cada uno de acuerdo con sus convicciones y señas de identidad de cada cual. 
Pero, por favor, sin llegar a la crispación y enconamiento de los últimos tiempos que, aparte de dejar mucho que desear, no ser nada ejemplarizante y menoscabar la credibilidad de la política en general, va en detrimento del bienestar general de los ciudadanos.  Y aquí sí que ya se puede decir que se está tirando con pólvora ajena, lo que debería dar que pensar muy mucho a nuestros representantes en las Instituciones, que fueron elegidos porque iban a saber defender nuestros intereses.