La quinta ola -no será la última me temo- está provocando un nivel de estrés y presión sobre el colectivo sanitario de manera alarmante. Los botellones, las macrofiestas, la falta de escrúpulos y de responsabilidad de muchos compatriotas están provocando un nivel de presión hospitalaria muy preocupante. Parece, a la luz de los datos conocidos, que no hemos querido aprender de nuestros errores y seguimos manifestando conductas poco cívicas y profundamente descuidadas en el respeto a las medidas de seguridad necesarias para combatir la maldita pandemia.
Nuestros sanitarios, con independencia de su responsabilidad, están desarrollando una excepcional labor, digna de elogio y merecido reconocimiento. Son auténticos héroes en el desempeño de su quehacer diario desde hace muchos meses. Es lamentable y muy triste ver cómo luchan, a costa de su propia seguridad y poniendo en juego sus vidas, mientras muchos -siempre demasiados- se entregan a la fiesta y al jolgorio sin límite ni control. Es una auténtica vergüenza y son acreedores de  todo tipo de descalificaciones.  ¿En qué mundo vivimos? ¿Cómo es posible tanta insensibilidad e insolidaridad? Es de no creer. Ciertamente es muy triste.
Quiero manifestar mi personal y público agradecimiento a su entrega, sacrificio y enorme profesionalidad. Siempre he dicho que se les debería levantar un monumento en todas las ciudades de España, no es ninguna exageración. Ahora, después de tanta lucha y pelea desigual, cansados pero no desmotivados en su noble empeño, muchas veces desbordados, cuando el merecido descanso debería ser más que merecido, se encuentran redoblando esfuerzos y batiéndose el cobre, sacando fuerzas de flaqueza, para seguir plantando cara al continuado ataque del Covid-19.  Quiero, desde mi columna, trasladaros mi ánimo, mi apoyo, mi eterna gratitud y mi emocionado reconocimiento. Gracias por vuestro trabajo, gracias por vuestro servicio, y mil gracias por vuestro ejemplo. Siempre, siempre tendréis mi admiración, respeto y defensa, es imposible no hacerlo, por cuestión de justicia mas que merecida. MUCHAS GRACIAS.