José María Nieto Vigil

Sin Perdón

José María Nieto Vigil


Yolanda

09/12/2022

No me refiero a Yolanda Benet,  segunda exmujer del malogrado cantautor cubano Pablo Milanés, aquella cienfueguera a la que dedicó su amor más ardiente en la celebérrima canción que lleva su nombre. Lamento decepcionarles.
Hoy centro el dardo de mi palabra en la vicepresidenta segunda del Gobierno del todavía Reino de España, también ministra de Trabajo y Economía Social, según reza en su cartera ministerial, entre otras ocupaciones y preocupaciones, Yolanda Díaz Pérez. Esta gallega acunada en la ría de Ferrol, comunista militante -trasnochada por tanto- y podemita disidente -apátrida antiespañola por convicción-, de gesto condescendiente y verbo moralizante aterciopelado, se encuentra en una encrucijada política por ella misma provocada desde su egolatría. Es decir, sobrevive políticamente en terreno de nadie sin las simpatías de sus antiguos correligionarios morados, hartos de sus estridencias y afanes de gloria personal, y sin la aceptación de sus incómodos compañeros de viaje de la XIV Legislatura al frente del ejecutivo patrio. Me refiero a la tropa socialista del narcisista presidente, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, por quien bebe los vientos en la Carrera de San Jerónimo y en las reuniones palaciegas de la Moncloa. Tanto ella como él,  se profesan un culto y una adoración hacia sí mismos que son dignos de ser estudiados por desproporcionados, engreídos, ostentosos, petulantes y arrogantes.
La abogada gallega, capaz de crear tendencias en la moda de la  madrileña calle Serrano, ideó y construyó una nueva formación -Sumar- cuya singladura se presenta tormentosa, de negro y aciago porvenir. La irrupción en la escena política nacional de su camarada, también ministra de Igualdad  -Irene Montero-, le han hecho perder muchos enteros entre los acólitos de la izquierda radical con la que ella flirteaba muy a gusto. Así, los socialistas baten palmas en este baile preelectoral, mientras los podemitas respiran aliviados ante el giro inesperado de los últimos acontecimientos.
Como dice un verso que a ti dedico -jactanciosa Yolanda-  en una de las estrofas compuestas por Pablo Milanés: «Si me faltaras no voy a morirme».