Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Entre costuras

28/05/2022

Buscando en el ojal, o lanzando la vista entretelas, deseando que no te den un corte de mangas o que te manden a buscar la aguja al pajar. Bueno, la cosa es hilar, aunque sean venturas lisonjeras, medio inventadas, edulcorando realidades que siguen siendo beiges. La verdad, no tengo ni idea qué es lo que me quiere vender hoy el amigo Tiburcio. Ya se lo he comentado: que me dice la gente que mezcla usted las churras con las merinas. Incisivo me contesta que son los otros los que tiran a dar, que molesta que hable, que diga, que opine. Gruñón. Pero a estas alturas, difícil cambiar el genio y figura. Hoy, a pesar de todo, se encuentra entretenido, leyendo un libro que trae a colación las vicisitudes del Tren Burra. Me hace creer que participó de extra en una de las películas del oeste y creo que no me salen las cuentas. Y es que cada semana me cambia la edad y tampoco sabe dónde dejó el carné. Aunque identidad y estilo tiene para exportar. Puede que lo deje caer porque algo ha oído sobre productores, guionistas y expertos que han venido por la zona para hablar sobre las posibilidades que pudieran tener nuestros pagos como plató de televisión o como cuna que cuaje argumentos. Sin duda, un recurso para tener muy en cuenta. Es más, directamente se postula como protagonista involuntario y me dice que se apunta al invento, que hable con quien tenga mando en dirección. Se ofrece para documental monologado, en primer plano, para lanzar sus arengas y sus leyendas. Hombre, ya le digo que no seré yo quien le niegue sus cinco minutos de gloria. Pero paciencia hará falta mucha. Es igual. Quiere lanzarse al ruedo, como si fuera un novillero que busca plaza en una final que le saque por la puerta grande. Aunque la suya es de las de antes, de dos piezas. La de abajo siempre cerrada. La parte de arriba abierta para apoyarse, viendo a los que pasan. Es más, dice que lo suyo es pasar, que caminante no hay camino sino alfalfa que cortar. Se queda tan pancho. Porque sin duda es un hombre de cine, pero yo le indico que con las tablas que tiene a lo mejor alguien decide vender lo suyo en un teatro. Uno donde todo se torne ficción para soltar parrafadas, alegando un mutis enhebrado por el foro, tan alegre como contenido. Va.

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