Leo en prensa que, para vencer al Covid, algo que todos deseamos, es necesario seguir seis reglas, seis emes que, en mayor o menor medida, respetamos: usar mascarilla, lavarse las manos, respetar la distancia de metro y medio, máxima ventilación, minimizar los contactos y me quedo en casa si quiero y puedo hacerlo... En otra hoja hay esquelas. Me fijo en la edad de las personas fallecidas ese día: 89,70, 99, 83, 77, 85, 93, 100, 88, 69, 80. Mayores, como yo lo soy, más o menos. Quizá murieron por edad avanzada o cualquier complicación, no precisamente por Covid-19. Paso página y anoto frases que me impactaron: 
«Necesitamos convencernos de que no somos invulnerables. En el hospital está la soledad, el desarraigo. No sé qué fuerza mental me permitió sobrevivir. Mi recuerdo es el de la soledad más absoluta. Creo que me agarré a la vida como pude. No olvidaré nunca que mi madre murió en la residencia sola, sin que yo pudiera darle un abrazo. Lo que más me duele es sentirme inútil, saber que no se puede hacer nada. La pandemia acecha, vigila, como la muerte». Podría seguir porque las personas continúan contagiándose, transmitiendo el virus, muriendo. Un absurdo que se niegue este peligro que ha cambiado nuestras vidas, y seguirá matando, no sabemos hasta cuándo, pues la vacuna no hará milagros en un solo día. Y quienes no se toman en serio lo que ocurre, son, así lo pienso, unos  inconscientes.
Tengo la sensación de que estas expresiones manifestadas por quienes han vivido de cerca el desgarro y ese dolor causado por el virus, en sí mismos, o en amigos y familiares cercanos, no lo cuentan para infundir miedo, no lo creo, simplemente necesitan liberarse de la oscuridad que llenó durante un tiempo sus vidas apartándolos de los demás. Paso página, un incendio en Valencia, se investiga si ha sido provocado, causa la muerte de un pequeño y deja a su madre y a dos hermanitos muy graves. Dolor añadido a las condiciones poco gratas en las que vivían. Acabo de escuchar a Margarita Robles, sensata y directa, ha aclarado, con voz firme, lo que se avecina si no somos responsables y abusamos estos días de reuniones familiares o de amistades. Cuidar de aquellos a quienes queremos, lleva consigo ser previsores: Con 6 emes y mucha prudencia.