Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Ni se te ocurra

18/09/2020

Si no lo has visto, lo quieres ver. Cuando lo conoces puedes ponerle pegas y te adaptarás dependiendo de lo que busques, que cada uno lo siente y lo vive de una forma. En las redes sociales hay mucho manifiesto a lo abulto, de expertos que no saben ni dónde están pinados, pero sueltan sapos y culebras por la boca para sostener su razonamiento, lo que invita cada vez más a dejar pasar la ocasión de explicar nada a nadie. 
Viene esto a cuento a raíz del comentario de un lector en una página que hablaba de los pueblos. «Yo quisiera vivir en uno de esos pueblos despoblados de Teruel». Y matizaba su deseo, afirmando que nada es tan importante como el entorno, el silencio y la belleza. Que mira que es importante todo eso. 
Pero resulta que uno que dice conocer los pueblos, porque ha vivido en ellos, le argumenta las dificultades con las que va a encontrarse: ni se te ocurra, no hay tienda, no hay médico, tienes que disponer de un vehículo para desplazarte y lo más importante, ¿de qué vives? Todo muy lógico y suficiente para que el mundo entero lo comprenda. Y llega el de tolosa, el experto de expertos que le aparta de un sopapo: «Usted no sabe lo que dice». Y le pone en antecedentes basado su criterio en las envidias, las críticas y la mala fe de la gente de los pueblos, sentenciando sin dudarlo: ¡Allí no se puede vivir! No le falta razón a ninguno, pero nadie compensa su postura con las carencias o las garantías que observan los demás. El asunto es que ahora para vivir lo queremos todo: el médico en casa, el trabajo a la puerta, el vecino sumiso y participativo. Y todo no se puede tener. ¿Lo tenemos todo en las ciudades?
¿No estamos a la gresca también entre vecinos? Hay casos de dejadez donde el vecino de la ciudad ha muerto a las puertas del centro de salud, que está a unos metros de casa, porque le ha dado un infarto y no le han atendido aludiendo a que su centro está en la manzana de más allá. Vaya usted al pueblo si le place y viva por sí mismo lo bueno, y luche para corregir lo malo. A lo mejor encuentra usted allí una razón para vivir.