Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Sin desfallecer

01/11/2022

Sabemos que la transformación mundial hacia una economía de bajas emisiones requerirá inversiones grandes, lo que también nos exige un cambio en nuestra vida personal, que ha de ser más donante y fecunda. Los fracasos actuales, sin duda, van a contribuir a favorecer otras sendas más justas y libres. Lo importante siempre ha de ser continuar adelante con alegría, alimentando la llama de la esperanza y alentando el espíritu conciliador entre culturas. 
Nos hará bien a toda la humanidad verificar nuestras propias motivaciones interiores, discernir las situaciones, porque la ansiada mutación pasa precisamente por oírnos y dejarnos oír en comunidad. No bajemos la guardia, pues, reencontrémonos entre las diversas miradas y hagamos el propósito de movilizarnos hacia otros estilos de supervivencia, seguramente comenzando a consumir alimentos que favorezcan las sostenibilidad medioambiental y la reducción de las emisiones de carbono y finalizando por un espíritu más acogedor, sobre todo hacia aquellos que viven en los                márgenes.
La docilidad y la dependencia del corazón nos ayudan, no sólo a cargar el peso de los demás, sino también a no imputar sobre ellos nuestros juicios, ya sea de indiferencia o de crítica. Lo significativo radica en no desfallecer y estar dispuestos a cambiar lo que no funciona y a diversificar los sistemas de producción. Es público que la pandemia acarreó más pobreza, de igual modo, los diversos conflictos que el mundo sufre fomentan la necesidad de nuevas políticas, que nos hagan más entendibles y atendibles. Indudablemente, tenemos que avanzar en el fortalecimiento de las alianzas públicas y privadas, si en verdad queremos hacer de la vida, un hogar de encuentro en el que nadie se sienta extraño. 
Lo que no es de recibo es que el mundo viva en contienda permanente. Esto es un desastre. Personalmente, quiero reivindicar una vez más, un proceder más inclusivo, donde nadie quede atrás, tengamos una mejor producción y mejor nutrición para todos, y también una casa común más habitable, acorde con ese espíritu integral que todos nos merecemos como ciudadanos del mundo.