Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Obsesionados con la muerte

20/06/2021

¿Por qué hay gente y en especial mujeres con mucho mando que ven diferente a un niño  víctima del que no dejan nacer si la vida es la misma?  La Ley, no solo no le protege, sino que la tiene en su contra. Dicho así y en tan poco espacio suena a simple cuando los poderosos van pergeñando la sociedad que quieren. 
Obsesionado con la muerte ajena el Gobierno español ya está metido en harina, pues entre impuestos, ley de eutanasia y del aborto, interfiere demasiado en la vida de las personas sin ningún reparo. ¿No será que dentro de esa cultura de la muerte buscan una sociedad reducida para unos pocos fortalecidos y todos los demás considerados desperdicios estorban y nos quieren encerrados en un laberinto del que no se pueda salir? En España, cada vez tienen menos cabida los indigentes, callejeros, enfermos,  tullidos, deficientes, viejos y niños en proceso, que jamás verán la luz del día. ¿Será este el Nuevo Orden Mundial del que tanto hablan? Los jerarcas dictadores cada vez esconden menos sus perversas intenciones. Las cosas están cambiando deprisa y tener criaturas será polémico si se forma parte de los más desfavorecidos de la Tierra. ¡Vaya, todo un mundo de sueños sin aspiraciones, sin certeza positiva y sin Libertad!  
Papá Estado no quiere problemas, se irá desentendiendo y cínicamente, lamentará que no nacen. Los niños afortunados vendrán al mundo en hogares exclusivos y tú, con tu cuerpo, puedes hacer lo que quieras.  La causa de muchas mujeres es una derrota que junto al pueblo vulgar, el de tralla, ofrecen idéntica similitud: misma dependencia, ignorancia, impotencia, rabia, resignación, falta de intereses personales y exclusión de los sociales. Y el ministerio de Igualdad nos engaña. Creímos que sería el redentor de los sufrimientos que padece la mujer en todas sus versiones y es incapaz, partiendo de que ése sea uno de sus cometidos, de informar sobre logros o derrotas. 
Y esto choca. Pues hasta las izquierdas más zurdas no son tan benefactoras: ya tienen otros amos a los que servir. Pues todo lo que hacen es por un control social que a ellos, les eleva al rango de ser el pueblo elegido. Y en eso andan.