El 5,7% de los solicitantes de PAC tienen menos de 35 años

César Ceinos
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La falta de relevo generacional queda aún más patente en la ganadería. Del medio centenar de jóvenes que entró en el sector durante el pasado año, únicamente dos se dedican a la explotación de animales

Un rebaño, caminando junto a la catedral - Foto: Óscar Navarro

El éxodo rural y el descenso de la natalidad están dejando, por desgracia, las localidades palentinas cada vez más despobladas y con censos muy envejecidos. No es ninguna novedad, pero el hecho de que se conozca desde hace años no le resta un ápice de drama a esta realidad. Además, por si fuera poco, esta situación se traslada directamente al sector primario de la provincia, donde el relevo generacional prácticamente es imposible. Los nuevos agricultores y ganaderos aparecen con cuentagotas, especialmente los segundos. Como admite el presidente de Asaja Palencia, José Luis Marcos, no hay savia nueva en el mundo agropecuario y «es un problema que viene de hace varios años». De hecho, vaticina «que será complicado recuperar gente».

Un buen ejemplo que explica de manera el presente y el difícil futuro del campo palentino está en la base de datos de solicitantes de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de 2022. En esta estadística aparecen 316 peticiones formuladas por menores de 35 años.127 pertenecen a la sección agraria comarcal (SAC) de Palencia; 92, a la de Saldaña; 57, a la de Cervera de Pisuerga y 40, a la de Baltanás. 

Representan únicamente al 5,7% del total provincial, que asciende a 5.541 solicitudes, según los datos proporcionados a Diario Palentino por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León. «Se ve claramente que hay poca gente joven en el sector», ratifica Marcos.

Las cifras aumentan de manera  paralela a la edad de las personas que rellenaron la documentación, dejando un gráfico en forma de pirámide invertida muy similar al que existe en los pequeños municipios. Es decir, su base, el espacio que ocupa la juventud, es bastante más estrecha que su cúspide, que es donde figuran, en este caso, los profesionales más veteranos.

Los solicitantes de 35 a 45 años fueron 613 (el 11,06% del total), mientras que la cifra de agricultores y ganaderos con edades comprendidas entre los 45 y 55 que reclamaron la PAC durante 2022 ascendió a 1.121 (el 20,23%).
El grupo de edad más numeroso, con 1.748 peticiones, es el que engloba a las personas de 55 a 65 años. Solo superó al de mayores de 65 por cinco instancias (1.743). En términos porcentuales, equivalen al 31,54% y al 31,45%, respectivamente.

Con estos datos en la mano, se puede afirmar que seis de cada diez personas que pidieron la PAC en Palencia nacieron en 1967 o antes. De hecho, muchos vieron la luz por primera vez antes incluso de que las Comunidades Europeas (compuestas por Francia, Luxemburgo, Alemania Occidental, Países Bajos Italia y Bélgica) crearan este conjunto de leyes en 1962 con el objetivo de «proporcionar alimentos asequibles, seguros y de alta calidad a los ciudadanos, garantizar un nivel de vida equitativo a los agricultores y conservar los recursos naturales y respetar el medio ambiente», según aparece en la página web del Consejo Europeo y Consejo de la Unión Europea. 

Por otro lado, la información ofrecida por la administración autonómica refleja un descenso de solicitudes del 2,36% respecto al año anterior, lo que puede confirmar la caída de la población dedicada a la agricultura y la ganadería. La única franja de edad que registró un aumento de peticiones fue la de mayores de 65 años, que creció un 1,81%.

GANADERÍA. El problema del envejecimiento del sector queda aún más patente en el área ganadera. Marcos, citando fuentes oficiales de la Junta de Castilla y León, explica que del medio centenar de jóvenes que se incorporó al sector durante el año pasado, únicamente dos se decantaron por la explotación de animales, lo que viene a ser un 4%. «Hace aproximadamente dos décadas, se instalaba un 25%», lamenta el presidente provincial de Asaja.

A la hora de explicar las causas de este descenso de vocaciones ganaderas, Marcos cita varios factores. En la parte económica, habla de la falta de rentabilidad de las explotaciones. «A los grandes costes de los insumos se añade que la leche como la carne no sube a precios dignos», manifiesta. 

Asimismo, recuerda que la ganadería es un trabajo que requiere una labor diaria sin prácticamente descanso. «Son 365 días al año y, si es bisiesto, 366. Un ganadero no tiene vacaciones», declara. Por otro lado, Marcos alega que falta  mano de obra. «El que tiene una explotación grande y bien proyectada está teniendo problemas a la hora de contratar a gente», comenta el responsable de la organización profesional agraria, antes de afirmar que los problemas del sector se recrudecen en el área de ganadería.