El aguilarense David Álvarez está estudiando en Madrid un doble grado en Ingeniería Eléctrica y Electrónica, pero tiene en mente dejar la vida en la Villa y Corte cuando concluya su formación académica para incorporarse a la ganadería en la localidad galletera. Pocos jóvenes se plantean un comportamiento de este estilo.

«Mis padres siempre me animaron a formarme antes de entrar en el mundo de la ganadería», recuerda, dado que fue su abuelo el encargado de poner en marcha la explotación ganadera en la que hoy trabajan también su padre y su tío.  Estos se acercan a la edad de jubilación y él se quiere quedar con el negocio. «Me gusta el campo y desde que era pequeño he estado cerca de él», manifiesta el norteño.

Asimismo, Álvarez considera que tal y como está la situación actual, los ganaderos no solo necesitan saber de animales, sino también sobre otros temas para poder seguir en el sector. Entre los problemas que, bajo su punto de vista, tienen los titulares de explotaciones ganaderas, denuncia que «estamos viendo que a nivel ambiental y social hay una fuerte oposición al mundo de la ganadería, y necesitas tener asegurado un futuro ante un posible cierre administrativo. También necesitamos buscarnos un porvenir además del de la ganadería», explica. En este sentido, Álvarez entiende que el futuro de esta profesión es «bastante incierto» y, pero, aunque es consciente de las dificultades, se siente «orgulloso» de continuar con el negocio familiar y ser capaz de mantenerlo.

Ilusión no le falta a este veinteañero aguilarense, como tampoco conocimiento del sector al que, si todo marcha como está previsto, accederá en breve. Sabe que es un trabajo duro y «muy esclavo», pero le gusta la idea de volver a casa. «Creo que a todos nos gustaría regresar a nuestra tierra», comenta Álvarez. Además, cuenta con el apoyo de su familia y espera trabajar también para quitar el estigma que tiene este trabajo en la sociedad».