...64 mandatarios se han reunido en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij  para tratar sobre la Cumbre del Clima. Pero, ha arrancado con la ausencia de tres países significativos: India, China y Rusia. Nunca los expertos habían advertido tanto sobre el rumbo al que se está llevando a este planeta. Si decides leer sobre el calentamiento global, verás historias tan reales como para no dormir. El mundo está preocupado. El clima está confundido: elevación de temperatura, pantanos secos, inundaciones que arrasan pueblos de golpe… Las preguntas sobre tema tan global son muchas: ¿Cómo influye la tala, quema inducida o no que arrasa espacios forestales, verdaderos pulmones del planeta con su fauna dentro? ¿Qué consecuencias puede tener la escasez de productos, bienes, equipos y servicios que ya provoca la guerra de Ucrania que parece enquistada trayendo muertes a soldados a la fuerza y civiles, entre ellos la de muchos niños, destrucción de infraestructuras energéticas, además de la continua amenaza del arma nuclear? Y ¿cuáles el posible sabotaje al gasoducto de Nord Stream nefasto para los ecosistemas marinos y terrestres? ¿Puede como consecuencia de esta guerra y del clima la producción agrícola ganadera, que ya disminuye, repercutir en el mundo y con ello la llegada de la hambruna? Los Gobiernos deben concienciarse más. La biodiversidad es primordial, pues a este paso solo habrá para abastecer a unos cuantos y las rivalidades entre países y nacionalismos serán terribles. El turismo espacial, diversión para millonarios, ya está ahí. Viajes fugaces y caprichosos cuajados de dólares que, dicen, tienen consecuencias graves para el planeta al provocar daños severos a la capa de ozono. Leo: «El primer pasajero multimillonario en viajar al espacio  alcanzó los 100 km. de altitud, 100 veces más de CO2 por pasajero que los vuelos comerciales». En cuanto a las toneladas de chatarra espacial que deambulan en lo que se conoce como órbita terrestre baja, no existe ley que regule tal limpieza. La actitud de activistas embadurnando obras de arte en museos para llamar la atención no parece acertada, más bien alcanza el efecto contrario.