César Merino

César Merino


Vivir es caminar

05/06/2023

Existe un dinamismo natural en el ser humano que le impulsa al movimiento, a ponerse en camino, no solo en el plano físico, también en el de las realidades intangibles, espirituales, intelectuales y emocionales. Nuestro yo más profundo anhela un encuentro del que muy a menudo no es verdaderamente consciente, pero que impone una búsqueda, una salida de nuestro espacio de confort hacia lo desconocido, somos presa de una inquietud que pocas veces identificamos, si no es desde el silencio y la contemplación. 
En fechas recientes he tenido la fortuna de participar, durante varios días, en una peregrinación hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, uno de esos lugares santos de la cristiandad, que conserva ricos vestigios de la fe y la cultura de nuestros antepasados. Hasta allí dirigimos nuestros pasos por senderos de belleza extraordinaria, compartiendo momentos con los paisanos que encontramos, donde hay que ser muy miope para no ver la impronta de Dios. Cuenta la leyenda que el obispo que da nombre al santuario lebaniego donde descansan sus restos, no fue muy bien acogido por el pueblo palentino -cosa ciertamente extraña a nuestra tradición-, pues al parecer resolvieron a pedradas con el santo lo que era, sin embargo, una delicada disputa teológica. En Santo Toribio, los fieles veneran una reliquia de valor incalculable, el Lignum Crucis, el mayor trozo de la Cruz de Cristo del que se tiene noticia, y es singularmente conocido también por ser el lugar en el que San Beato ilustró de manera primorosa sus Comentarios al Apocalipsis de San Juan.
Esta experiencia del camino, muy desnaturalizada en ocasiones, a decir verdad, por quienes la viven solo desde la inquietud turística o deportiva, es una pequeña metáfora de nuestra vida, ¿o no es acaso también ella una peregrinación con sus dificultades a veces y también con sus alegrías, con sus dudas e interrogantes? 
No estamos hechos para permanecer en la quietud, no somos piedras, tenemos alma, corazón, entendimiento y voluntad, lo que ocurre es que se nos olvida con frecuencia, que todo ello es un enorme regalo que se nos hace y que debería movernos a ser agradecidos. 

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