Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


Sumilleres en bodegas

24/05/2023

Qué importantes son las visitas profesionales para conocer el trabajo de los proveedores. Desde mi doble perspectiva como sumiller y trabajador de bodega, me doy cuenta de ello y le doy la máxima relevancia posible.
Como sumiller, acudir a conocer instalaciones, viñas, a las personas que están detrás de las botellas que bebemos y ofrecemos a nuestros clientes, el cómo afrontan las dificultades del día a día, como son el clima o la falta de agua en los últimos tiempos, cómo desarrollan su labor lo mejor posible con los muchos o pocos medios con los que cuentan, cuál es su conocimiento e idea de la zona, de sus viñas, de sus suelos, sus cepas, sus uvas… es una experiencia que me ayuda a comprender la filosofía y el arduo trabajo que hay detrás de cada botella que abro.
Como bodeguero, el poder mostrar el corazón de una bodega a los profesionales que son responsables de hacer disfrutar con nuestros vinos a los consumidores, ofrecer no sólo el producto sino el alma que ha llevado al líquido que se sirve en una copa hasta tener esas características concretas, ofrecer una buena formación para el mejor conocimiento posible por su parte, por supuesto también tener unas valoraciones de primerísima mano de unos perfiles profesionales que son claves para el mayor o menor éxito de los proyectos como agentes imprescindibles del mercado que son, pasar momentos de camaradería y unión, o intentar dar un pequeño homenaje a esas personas tan valiosas y conseguir que entren a la bodega como clientes y salgan de ella como amigos, aliados o incluso embajadores de tu marca, es fundamental.
Así que este lunes recibí en la ribereña bodega Dominio Fournier a un buen grupo de sumilleres de Palencia, Valladolid y Aranda, con quienes tuvimos uno de estos momentos mágicos de formación, convivencia distendida, aprendizaje, unión, botellas y copas compartidas, alegría y amistad, que tan necesarios y valiosos son para ambas partes. Aquí mi agradecimiento a los sumilleres que utilizan sus días libres o parte de sus vacaciones para seguir alimentando su pasión y su profesionalidad, lo que siempre repercutirá en beneficio de aquellos clientes que se pongan en sus manos cuando acuden a disfrutar a sus restaurantes o vinotecas. ¡Bravo por ellos!