es dar explicaciones que permitan analizar la realidad a fin de poder dirigir la acción. Pero los tradicionales marxismo y liberalismo clásico, si ya no cumplen la primera condición ¿cómo esperar que cumplan la segunda? Derechas e izquierdas surgieron fortuitamente en 1789 en el inicio de la revolución francesa, cuando unos se colocaron a la derecha y otros a la izquierda del presidente. Hoy, y en la práctica, son enfrentamiento y traba en todo. En cualquier campo de la investigación podemos leer que hay teorías elaboradas que han sido modificadas muchas veces. Y llegados aquí y sabiendo que no sabemos nada, nos preguntamos por qué derechas e izquierdas acaparan todo el protagonismo. Si observamos a los políticos disertar y más en elecciones tal que ahora, advertimos que la fogosidad más que la razón les lleva a prometer sin recato ni responsabilidad lo que saben que no van a cumplir y que justo ayer ni mencionaban. Y eso es reírse de al que dan caldo y sorbe. Pues algo tan serio, debería ser motivo de dimisión si no cumplen en tiempo aceptable. ¿Por qué algunos partidos parece que nos estén regañando con su dedo acusador? No pueden estar negando el pan y la sal al resto de ciudadanos. Con esto, solo consiguen que se les vea más oportunistas, menos representativos de las realidades y menos adecuados para dar solución a nuestras necesidades más concretas. Los de una misma ideología se pelean como gallos. Las pasiones e intereses oscurecen sus criterios. ¿Por qué se agarran tanto a modificar el pensamiento humano con modelos abstractos tan manifiestamente injustos aunque cada uno de ellos tenga una parte de verdad? Los partidarios de uno tratan con fuerza demostrar las insuficiencias del otro. En cualquier otra materia la actitud científica habría hecho abandonar estas teorías que nos dividen y buscarían otro modelo más satisfactorio y justo para todos. Deberíamos estar menos radicalizados con el cuento de izquierdas-derechas que solo a ellos favorece. Hoy, la sociedad requiere de otras soluciones: Libertad, unión, justicia en igualdad, trabajo, sanidad, educación, protección de la propiedad privada…