Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Cine o cena

23/05/2023

El cine fue para la posguerra un ventanal desde donde admirar, mundos inimaginables, otros paisajes, relaciones desconocidas, otras exóticas bellezas, problemas y tramas futuras… La poética de las imágenes y el amor tomaban a partir de entonces nuevos derroteros.
En el Cine Otero existía una entrada casi gratuita para un único día de la semana, los jueves, que se llamaba 'femenía'. Era una sesión para muchachas y soldados. Se llenaba de parejas que buscaban las filas de atrás.
Y al Cine Castilla, normalmente de sesión continua, acudía una madre delgadita, acompañada por alguno de sus hijos, a quien antes de ir al cine les daba a elegir entre cenar o entrar en la sala. Si los chavales tenían gazuza, cenaban y si no, iban al cinematógrafo de Don Alejandro. Así se valoraban realmente las apetencias.
Como anécdotas de entonces, estaba bien la entrada de 'femenía' y la elección de una madre fascinada por la pantalla, pero lo de Sánchez no tiene perdón, que elija por nosotros entre facilitar alimentos o abonar parte de una entrada de cine a jóvenes o mayores para ofrecer audiencia a la televisión. Muerto Franco, nunca pensé en la propina del domingo. Pero ¿qué asesores tenemos?
Ahora han publicado las llamadas Recetas del hambre por David Conde y Lorenzo Mariano. Se recogen dos deseos estatales de posguerra, que ningún español se quedase sin pan y suprimir las colas, evitando así que algunos que aguantaban en la fila tuvieran que esperar para comer al día siguiente. 
La ración de adulto consistía en 400 gramos de pan, 250 de patatas, 100 de legumbres secas, 125 de carne, 25 de tocino, 75 de bacalao, 200 de pescado, 5 dl. de aceite, 10 de café y pare usted de contar. El personal rebuscaba en el campo patatas, limones, hinojos, espárragos, setas, castañas o aceitunas pasadas donde existían olivares. Y mientras había algún político que, en el reservado del bar, apartado de vistas, degustaba con la familia, gambas, aceitunas y patatas fritas en el vermut dominical.
Estamos apañados, entre refundar los economatos de Belarra y la propina del cine. 
Cuando menos lo esperemos nos dan la lata de sardinas como a Carpanta.

ARCHIVADO EN: Cine, Recetas