Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Hundimiento del progresismo

05/03/2024

Progreso es avance y progresismo la ideología del avance. Ni izquierda ni derecha niegan la bondad del progreso, lo malo es su ideologización. 
En mi época ser progre era laudatorio, después fue un tinte de desprecio. La izquierda parecía ganar la batalla cultural de Gramsci, idea correcta: la revolución pasa por un cambio cultural. Si quieres destruir una civilización hazlo a través de la cultura. Eso generó un relato en la izquierda, atacado desde la derecha; ahora una derecha culta y menos egoísta ataca al orador, se le acusa de no saber explicar.
Pero los últimos acontecimientos en nuestro país desacreditan a la izquierda, que relega todo a la permanencia en el poder y acepta sin escrúpulos los nacionalismos,  fuente de desigualdad que aportan conflictos civiles, como dice desde la izquierda Eric Hobsbawm: «permuta el progresismo en guerra-civilismo». Aquí el fenómeno cultural de una izquierda progresista se desmorona y convierte en sociedad de intereses.
Día a día, los intereses de Koldo en compra y reventa de material sanitario arrastran a Illa, a Armengol, presidenta de las Cortes, que recibe y almacena material defectuoso; y al ministro canario Víctor Torres. Marlaska dos veces reprobado, Escribá y hasta Puente tejen influencias para la sociedad de venta. Ábalos cargó con las misteriosas maletas; tira de los viajes a Marruecos de su ex, acompañada de la esposa del presidente, de injustificados cambios en el mercado argelino-marroquí, de los espionajes de Pegasus y todo ello sin contar con Sudamérica de ZP, hacen que el progresismo del sanchismo se desmorone.
La filósofa Susan Neiman defenestra la izquierda sin recuperación. La izquierda nunca ha sido Woke -dice- y el apoyo del progresismo desaparece por completo. La lucha de clases no sigue vigente; Marx ha muerto. La izquierda no aspira a alterar el sistema económico. 
La vieja izquierda quería salvar la humanidad, la woke lo pretende para los negros, los gays, las mujeres, los trans… es fraccionadora de consignas internas irrelevantes que arrastran miseria y podredumbre que deseamos no salpique. El progresismo se ha hundido.