Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


El político manda, el pueblo obedece

30/05/2023

En democracia el pueblo transmite a los políticos sus necesidades para que se ejecuten acciones satisfactorias. No está siendo así. Mi compañera en estas páginas, Carmen Casado, al plantearse la propiedad privada del 33 Constitucional, decía que «el mundo estaba al revés» y el brillante sabio político Vidal Cuadras titulaba un artículo en VoxPopuli: Un país patas arriba.
Cierto, la democracia ha retrocedido, los gobiernos de Sánchez han sido desleales, como dice César Antonio Molina. El extremismo de una minoría se implanta sobre la mayoría por un gobierno que tuvo un origen y directriz social. 
Hay catedráticos de Constitucional, junto a políticos como Zapatero, que movidos por intereses partidistas aún dicen que los 44 etarras propuestos por Bildu como elegibles electoralmente están dentro de una actitud legal. Ignoran la Ley Orgánica de Partidos que Aznar dispuso para ilegalizar a Bildu y nos obligan a tragar con un sentimiento que repugna a los hombres de bien: Estar representados por asesinos.
Bildu significa reunión, es decir ETA no desaparece, sino que se difumina para reagruparse, reunirse, a toque de trompeta. No me extrañan las críticas de Ayuso, e incluso las de barones del PSOE como Page, Lamban, Vara, forjados en gobiernos anteriores. 
Hay votaciones que repugnan y más todavía el que legitimen y otorgando cobertura a las legítimas.
Hoy aún hemos subvencionado a la asociación formada para gloria de Txapote con 450.000 euros. No nos planteamos si tirar así el dinero público es legal. Mientras el debate del gasto inadecuado, como siempre, será aplazado.
El estadio revuelto insulta a Vinicius a voces; los dineros de igualdad no han servido para nada de nada, se han ido al mar y a bolsillos aprovechados. 
Como siempre, un gobierno débil cuando subvenciona tapa agujeros y compromisos. Lo hace porque dicen que el dinero público no es de nadie. ¿Nos representa ese estado? ¿Votamos esto? ¿Cuándo se les podrá llevar ante la Justicia? Las antiguas democracias ofrecían sueños, ensoñaciones para contentarnos. Hoy los del bienestar nos ordenan obedecer. 
Votaremos a la contra. El mundo al revés.