Celebrado el nacimiento de Jesús de Nazaret, sus días de esperanza en lo crudo del invierno, sonreímos pues la infancia es protagonista, la del Mesías y la de nuestras familias, incluso la nuestra: «Para entrar en el reino de los cielos hemos de ser como niños» (Mt.XVIII). El turrón ya digerido, el recuerdo de risas infantiles en el corazón, recientes los regalos de los Reyes Magos, rememoramos lo que nos ha pasado, encaminando el nuevo año, las esperanzas renovando. Esperando, confiando, ilusionándonos, pues el futuro ha de lograrse con empeño: si no el imaginado, habrá otro. Las fiestas fueron momentos de ilusiones, llamitas, estrellas en la noche de la existencia que puede tornarse en día soleado, no nos rindamos.
Ya dejé mis tierras románicas de Carrión de los Condes para volver a la Corte, abrumada por cientos de miles de visitantes que acuden a sus museos y al desfile de los orientales magos. El periódico señala a Carrión este año como centro excepcional por las muchas visitas y asistencia a los eventos programados: teatro, música coral, bandas, quintetos, galas, mercado navideño, ... Mesuran las visitas turísticas en unas calles especialmente iluminadas y cuidadas también por los comercios locales que ornamentan este cumpleaños divino y humano, engalanándose como si vistiera un cielo estelar majestuoso, al alcance de la mano. También la ruta de los belenes, que muchos visitan en sus iglesias de San Andrés o Santa María, el monumental de la plaza Mayor, los 1.255 belenes expuestos en el precioso monasterio de las Clarisas, todo atrae visitantes y así la oscuridad invernal parece   iluminarse.
Los visitantes y los eventos se fueron, pero queda el gusto y retornarán, si pueden, en los años venideros. Ahora, más allá de los beneficios económicos o el recuerdo de bonitos momentos de ocio, hay que enfrentarse a enero, con el trabajo perseverante y buscando ser optimistas en lo que podemos... El belén se concentra en pocos días, pero el Niño tardó meses en crecer, amamantado; años, en correr por los campos, habitando lo cotidiano.