Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


23 de abril

30/04/2023

El pasado fin de semana se nos acumularon las efemérides. Los castellanoleoneses celebramos nuestro Día con actos alusivos. Comenzó con la entrega de los premios CyL correspondientes a 2022, a las personalidades destacadas en distintas ramas de la cultura. El galardonado con el Premio de las Letras, Fernando Sánchez Dragó, fallecido repentinamente nueve días antes, dejó escrito un hermoso discurso que leyó su hija. Escritor muy prolífico -dejó más de cincuenta libros y numerosísimas colaboraciones periodísticas en distintos medios- con una personalidad inconformista por su tendencia a polemizar, pero de una importancia indiscutible en el mundo de las letras, pidió, en este su último discurso, que la cultura sea siempre el ámbito del respeto, ecuanimidad y concordia. Sin duda sabía cuál iba a ser la actitud de los partidos de la oposición que, por otra parte, ya se había manifestado ante el anuncio del nombre del galardonado: ausencia en bloque a la velada solemne en que se entregaron los premios. El magnífico auditorio Miguel Delibes, que alojó la celebración, se vio privado de la presencia de los políticos de izquierda que, en un gesto de su lamentable sectarismo, quisieron dejar testimonio de que, para ellos, la cultura debe estar subordinada a la ideología. Más festiva resultó la celebración del día del libro. En Palencia tenemos un importante número de librerías atendidas por excelentes profesionales que hacen mucho más que vender libros. Instalados en el soportal de la calle Mayor a modo de una efímera feria del libro, regalaban un panecillo a los numerosos compradores. Si menos bello, más nutritivo que la rosa. Es muy gratificante la constatación de que, a pesar de la honda crisis económica que padecemos, la venta de libros no deja de crecer. Desde hace unos años, se viene hablando de la competencia que los diferentes soportes electrónicos mantienen con el tradicional libro en papel. No me parece relevante la preferencia de los lectores. Lo importante es que la lectura sea una costumbre cotidiana que contribuya a mejorar la sociedad por encima de sectarismos y partidismos tan alejados de la cultura.