Es hoy, domingo de la Pascua de Resurrección, día que para los cristianos es la fiesta más importante en el calendario litúrgico, junto con la Navidad. Jesús resucitó tres días después de su muerte, con lo que se cierra el ciclo de la vida terrenal del Hijo de Dios. Los Evangelios nos dicen que dedicó los tres últimos años de su vida a la predicación. Murió en la Cruz a los treinta y tres años. Ese número se repite en más ocasiones a lo largo de sus últimos días de vida. El número tres  es referente en nuestra cultura como un símbolo de la completa perfección. La Naturaleza Divina se conforma en tres Personas que se funden de modo inseparable en la idea de un Único Dios verdadero. Por otra parte, la base de la medida del tiempo se sitúa en tres dimensiones: pasado, presente y futuro que constituyen un todo en nuestras vidas. Los aficionados a la numerología tendrán su particular visión del significado del número tres, como viene sucediéndose en las culturas más antiguas de que se tiene memoria. Hoy amanece en las ciudades y pueblos cristianos con un alegre redoble de campanas y la explosión jubilosa de cohetes que nos anuncian el resurgir de la vida, la resurrección de la luz y los colores que nos llenan de optimismo y vitalidad. Con la procesión del encuentro y el rompimiento del velo que pone fin al duelo de una Madre Dolorosa que recupera a su Hijo, concluye la Semana de Pasión, iniciándose un nuevo tiempo litúrgico que nos invita a vivir con esperanza y alegría, purificados mediante el dolor y el arrepentimiento pasados. De todas las festividades de la Semana Santa es la de hoy la más hermosa y significativa, en la que se celebra el Milagro Supremo del triunfo de la Vida sobre la Muerte y ensancha nuestros corazones con el bálsamo de la esperanza liberadora. La devoción popular ha engrandecido el sentimiento doloroso de la Pasión y Muerte de Jesús con magníficas expresiones artísticas que nos sobrecogen de emoción por la belleza y espectacularidad de sus tallas y pinturas. Hoy se suprimen aquellos símbolos de duelo, como los capirotes de los penitentes. Las mantillas blancas sustituyen a las negras. Todo celebra el triunfo de la Vida. Feliz Pascua Florida.