Ilia Galán

Ilia Galán


Asfaltos

25/09/2023

Terrible es el asfalto que se derrite ante el sol del verano, dejando las huellas grabadas sobre un engrudo de petróleo; el olor a superficie recalentada no es el perfume que reclame mi mayor agrado. Pero peor son las calles que todavía en algún pequeño pueblo quedan de tierra y escombros, de barro cuando llueve, de polvo cuando seco está el ambiente. 
Pensaba que era algo más bien del pasado, un residuo rural, pero leo en estas páginas que una calle de la capital palentina, denominada Venezuela, va por fin a asfaltarse con fondos europeos. Venezuela está muy mal y la república que se hunde no sabíamos que hasta Castilla pudiera llegar, por culpa de políticos necios y corruptos sin igual, pero esta vía palentina que se halla en el Barrio del Cristo, crucificada, parece que ha de regenerarse, lo que me deja asombrado, pues no imaginaba que tal pudiera existir hoy. Los lugares de abandono se van quedando aislados. Llega el alcantarillado, drenaje, pasos... Los vecinos ya pueden sentirse normales, integrados en un ambiente propio del siglo XXI, en una ciudad de un país rico.
Siempre me molestaron vivamente los alcaldes, muchísimos, que reelaboran una y otra vez el centro, gastando millones rompiendo pavimentos casi nuevos, porque ahí todos ven sus empeños y parece que hacen algo, y dejando olvidados los barrios lejanos donde realmente hacen falta sus intervenciones. Pero los pobres, que se aguanten, y bastante si hasta allí llegan tuberías con agua potable y luces... Mas no es justo que las arcas municipales se gasten en zarandajas cuando lo esencial falta. La noticia parece mostrar un gran adelanto y, a la vez, demuestra el gran retraso de lo que no debería haber existido tanto y de ese modo: fracaso municipal. Si las ciudades no se cuidan de modo más o menos uniforme hay barriadas que se sienten expulsadas y engendran enojos, violencia, crimen contra una urbe que les desprecia. Muy hermoso y limpio ha de quedar el centro histórico, porque es una joya en muchos lugares. Pero más hay que evitar el abandono, la dejadez en los extrarradios.