Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


Embajadores de Palencia

17/01/2024

Hoy quiero hacer una muy merecida loa al restaurante Isamar de Madrid, situado en la calle Emilio Ferrari 42, una embajada de la gastronomía palentina más popular.
Mucho he tardado en descubrir este restaurante, tras leer a algunos amigos enófilos durante varios años cómo disfrutaban aquí, no ha sido hasta el año pasado cuando por fin acudí… y ha sido el restaurante en el que en más ocasiones he comido en el año 2023.
Isamar está regentado por los hermanos Concejero, Begoña en la cocina y Paco en la sala. Sus padres lo abrieron allá por 1957, y ahí siguen ellos continuando el legado. En un barrio popular, que pertenecía al municipio de Vicálvaro hasta su anexión a Madrid, lo que en su día fue una marisquería que tuvo la primera cafetera italiana del barrio como curiosidad, hoy es un templo en el que al margen de almejas, gambas, ostras… menestra palentina, patatas a lo pobre o a la importancia, escabeches como el de palometa que es insuperable, guisos, carnes de Cervera (de donde procede la familia) y otras recetas populares brillan en bandejas para compartir y disfrutar en su pequeño comedor, rodeados de muchas botellas de vinos escogidos con gran gusto, y envueltos en una atmósfera creada por la amabilidad de Paco, que convierte la experiencia en algo realmente agradable.
Imprescindibles son también los dados de merluza a la romana, las jijas, las anchoas rebozadas o escabechadas y los caracoles. Toda una muestra de cocina tradicional hecha con cariño y esmero, a precios populares para que cualquiera se pueda permitir el homenaje.
No es  extraño coincidir con amantes del vino y la buena mesa, y es habitual acabar la comida con conversaciones y camaradería entre los comensales de las distintas mesas, o compartiendo los vinos y alguna que otra anécdota, como si de un punto de reunión improvisada se tratara el hecho de acudir a Isamar.
El comedor, pleno de recuerdos familiares, junto a fotos y mapas de nuestra provincia, brilla más cuando a Paco se le mienta su querida Palencia; le sale del alma una sonrisa tímida y se le arranca un vínculo emocional digno de vivir y de sentir.
¡Isamar es uno de estos muy pocos sitios en los que me puedo sentir tan en casa que igual la próxima vez acudo en pijama y zapatillas!