Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Unidad

21/01/2024

En su última novela, el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, titulada Le dedico mi silencio, con la que dice despedirse de su público puesto que ya no piensa escribir más, decisión que lamentamos sus lectores, trata un tema muy actual para los españoles: la unidad de la nación. El autor desarrolla la situación en la sociedad peruana fragmentada y acosada por el terrorismo que tanto dolor causó en aquel hermoso país. Pero el lector avisado pronto trasladará la circunstancia a la España actual donde la unidad de nuestra patria se ve gravemente amenazada. Es evidente que la deriva que el gobierno está siguiendo en cumplimiento de las exigencias de sus socios marca el camino para deshacer aquella unidad trabajosamente culminada hace más de quinientos años. Pero esta parte de nuestra historia ya no aparece en el curriculum de la nefasta Lomloe. En la novela de Vargas Llosa, el protagonista, Toño Azpilicueta, estudioso de la música criolla, ve en ella la expresión artística de la unidad nacional. El autor reflexiona sobre aquellos elementos determinantes de la singularidad de un país capaces de dar sentido al concepto de nación sobre la base de la indisoluble unidad. Destaca, entre otros, la lengua española, común a tantos millones de hablantes, que fundamenta la integración del continente en su manera de hablar y de pensar. También reflexiona sobre el valor unificador del cristianismo e, incluso, de la tauromaquia. Ambos como manifestaciones del sincretismo propio de la cultura hispanoamericana capaces de unir las diferentes culturas autóctonas con la que aportaron los españoles. Los lamentables ataques a nuestra lengua común que vivimos en España por parte de los diferentes grupos separatistas son la más clara evidencia del gran poder unificador de las lenguas. También de su fuerza y su resiliencia frente a los miserables ataques en forma de prohibición y de imposición. La educación es el cauce lógico para dar salida a ese rechazo al uso del español, ya que es la transmisora de una cultura: La española. Es el paso decisivo para acabar con la unidad nacional. El resto ya lo hace el gobierno.