Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Alargada sombra del Tinell

26/09/2023

Allá por los sesenta en la única cadena de TV, la tele nos mostraba novelas de saga con origen en la Cataluña industrial, concesión de Franco hacia el país catalán.  Por ese espacio de después de comer, pasó la trilogía de Agustí, preferida sobremesa de mi abuela, Mariona Rebull, El viudo Rius, Desiderio y La sombra del ciprés es alargada de Delibes.
Con Pascual Maragall se firmó el Pacto del Tinell, de la tinajilla, nombre de un salón del Palacio Real en el Barrio Gótico de Barcelona. La izquierda se aúna en un tripartito firmado el 14 de julio de 2003 de forma excluyente con la derecha, para gobernar la izquierda en Cataluña. Firmaron Pasqual Maragall por PSC, Josep-Lluís Carod-Rovira por Esquerra republicana ERC, y Joan Saura por Iniciativa por Cataluña ICV, y todos juntos irían rompiendo el espíritu de la Transición hacia la independencia. 
La sombra del Tinell es alargada. De allí, de Maragall, vienen estos lodos y eso lo remató Zapatero concediendo el estatuto, a lo que su plenipotenciario ministro Bono se oponía y se ratifica en la andadura de Sánchez. Por eso, con la izquierda agrupada, los catalanes no apoyarán nunca un pacto que pudiera empujar a un partido de derechas. Copio al pie de la letra el anexo al Pacto firmado: 
«Ningún acuerdo de gobernabilidad con el PP, ni en la Generalitat ni en el Estado.
Los partidos firmantes del presente acuerdo se comprometen a no establecer ningún acuerdo de gobernabilidad (acuerdo de investidura y acuerdo parlamentario estable) con el PP en el Govern de la Generalitat. Igualmente, estas fuerzas se comprometen a impedir la presencia del PP en el gobierno del Estado, y renuncian a establecer pactos de gobierno y pactos parlamentarios estables en las cámaras estatales».
Posición totalmente excluyente de la izquierda catalanista a la derecha.
¿Es prematura la alternativa del PP en un acuerdo de Estado? Con la reedición del sanchismo 2, más complicado y caro. Lo mejor sería que haya cortesía y amainen los insultos. 
Hay que echar cuentas. Ya que no hay principios, que haya valores. El Tinell se cumple, si lo que padeceremos es gobernar.