Más allá de la prevención y la concienciación en institutos, El Azar también lleva a cabo otras actividades para ayudar a los ludópatas palentinos a salir de esta grave adicción sin sustancia. Entre ellas figuran la atención a las familias de los jugadores, la atención individualizada y la terapia de grupo.

La psicóloga declara que la asociación atiende, de media, a unos 30 pacientes cada año, pero hace hincapié en un dato que les preocupa. De enero a mayo han pedido ayuda 15 nuevas personas, solo seis menos de las que lo hicieron durante todo el año pasado. «Es una cifra muy alta para una ciudad como Palencia», explica Pérez. Entre los usuarios a los que atienden desde esta entidad hay gente de todas las edades, desde 20 años hasta 74, pero se está comprobando, de nuevo, que el promedio está descendiendo. «Antes era de 38 a 40 años y ahora es de 32», asegura.

La gente que acude a El Azar, en términos generales, tiene «problemas graves con el juego que han despuntado de forma seria», teniendo consecuencias económicas muy importantes tanto para ellos como para toda su familia. «Por desgracia hay casos muy llamativos», comenta la psicóloga tras declarar que muchos piden ayuda voluntariamiente, pero otros lo hacen tras la petición de familiares.

Por otro lado, critica que la publicidad que se hace del juego «favorece que este problema vaya a más». Este sector cambió radicalmente tras la pandemia, ya que, en muchos casos, los jugadores se lanzaron a apostar a través de páginas web de Internet.