Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Un Estado en subasta

21/11/2021

La ministra de Hacienda  ofrece perdonar  a la Generalitat catalana 1.024 millones  sobre la parte que adeuda al Estado si apoya los presupuestos de 2022. ¡Oiga, qué gran idea, es genial! pues es la manera más fácil de tener para seguir abriendo embajadas. Si bien es cierto que es extensivo a otras CCAA si aprueban las cuentas del Estado, ya que de lo contrario han de devolver el sobrante de lo anticipado. Más o menos así es la cosa. 
Condicionar las compras de voluntades no es buena opción. Y si las CCAA se endeudan el primero que debe reducir gastos innecesarios para poder avanzar es el Gobierno, lo contrario es una carga más para el pueblo. ¿Puede una ministra condonar deudas de tal envergadura mientras España se muere de hambre, niños viviendo en extrema miseria, Sanidad a la baja etc? Con las arcas vacías, si se confirma la ganga de tal trastada ¿qué autoridad es esa que recordará al dicho de 'Juzgado de Guardia'?  ¿Hasta dónde puede llegar un Gobierno? y para más inri, los separatistas nunca asisten a las conferencias de presidentes autonómicos. Se ríen del resto y el resto, lo aguanta todo.   
Y sin embargo, Hacienda sube los impuestos a los ciudadanos ahogados ya por los recibos de la luz, gas, transportes y más etcs., hasta amontonarse todos en la cesta de la compra. Así, cualquiera vale para elevar el gasto de las familias que menos pueden e incrementar las cuentas de los que más tienen. No. No todo vale para contentar a socios insaciables. 
Los extremismos del 'todo a su antojo' no tienen respeto por los demás; no admiten la convivencia, pues viven de trifulcas. No sé si se dan cuenta, pero su obsesión por el franquismo al final lo resucitan. ¿Quién es esa gente para proponer suprimir por Ley lo que les estorba? Lo que habría que suprimir por Ley, y sin demora, es ese nacionalismo dominante, intransigente, burlón y fanático de pozo sin fondo, pues el dinero público para esta gente no tiene límites. 
El pueblo llano quiere comer; vivir sin tiranías, que es lo que están imponiendo. ¡Y… lo que no cuentan! Esto ya es demasiado para un pueblo vencido por deudas públicas y propias y con poco trabajo.  ¡Vaya panorama!