Jose Luis Ibarlucea

Jose Luis Ibarlucea


Atenea

27/05/2022

En la Grecia antigua, Atenea representaba la sabiduría, la tecnología y el arte de la guerra. Creíamos haberla circunscrito a la vertiente de la sabiduría y la tecnología, pero vuelve a mostrarnos su faceta más escandalosa, la de la guerra; a la que ahora acompañan las otras. Muchos de los avances de la humanidad han surgido ante la necesidad de prepararse, hacer frente o acortar la duración de la guerra, y es esta necesidad, la que ha hecho que la presión de la guerra estimule la inventiva tecnológica. La tecnología bélica como el dios romano Jano, mira con una cara al infierno en tiempos de guerra; y con otra al paraíso en tiempos de paz. Cuando la tecnología mira al infierno de la guerra no sólo se destruye al hombre, sino a lo humano; es decir, la vida y el entorno en que el hombre se civiliza y humaniza; dejándole, si sobrevive, frente a un mundo desolado donde la vida es incierta, y si median bombas atómicas, imposible.
La lucidez, en este caso, consiste en entrever y prevenir la Atenea escandalosa, es decir, la guerra. La guerra explosiona todo tipo de moral humana, despoja a los principios, valores y obligaciones que creíamos eternos de su eternidad y proyecta su sombra siniestra sobre nuestros comportamientos. En tiempos de guerra hablar de moral (pasillos humanitarios), es algo absurdo; pues lo racional es ganar por todos los medios la guerra. Esta es su realidad más dramática y dura. Esta realidad cruel desgarra las palabras y las imágenes habituales, muestra familias rotas donde la necesidad grita, moviliza los seres hacia destinos desconocidos… La violencia no es tanto una técnica deshumanizada en tanques, aviones, cohetes dirigidos, que también, sino el interrumpir la continuidad vital de las personas, en hacerles desarrollar roles sociales en los que no se reconocen … La guerra deshumaniza y los tarados que las promueven no lo ven porque están deshumanizados.
No es casual que Atenea no tuviera hijos como los tenemos los humanos. Una auténtica madre nunca promueve la guerra. Frente a Atenea quisiera contraponer La piedad de Kätte Kollwitz, ubicada en la Neue Wache de Berlín. Una madre con los despojos del hijo muerto siempre detesta y lamenta las guerras.