Doscientos setenta y siete cromos había que endosar con pegamento Imedio en aquel álbum interminable. El de la Fútbol 87. Bendita paciencia la del abuelo Seve por el turrón de escoltarme los domingos, ritualmente obligado, a la plaza Mayor con el taco de estampitas para cambiar los repes al ritmo machacón de «sile, sile, sile... ¡¡¡nole!!!» (quizás, a fuerza de colecciones y de chavalería nació en los ochenta la música techno). Pero santa resignación la de mis progenitores cuando, de repente, espetas la de «¡¡¡voy a hacer la colección de la liga de fútbol, mamá, que la van a hacer todos!!!» … y a la pobre mujer, cerrando los ojos una milésima de segundo, ya le martilleaba el clin-clin de las monedas de cinco duros esfumándose de su cartera.
Uno o dos cromos eran los que siempre jodían la marrana. Y venga un sobrecito, y otro, y porfa mamá, porfa…y los ojos cada vez más desesperados… y el taco de repes cada vez más gordaco. Y nunca aparecía Butragueño.
Así que fue, con ocho tiernas primaveras en mi periplo por el mundo de los vivos, cuando se incrustó en mis párvulas entendederas y en la esquilmada propina eso de que son todos los que están, pero no están todos los que son.
Y mudo la piel varias veces al año cuando emerge algún listado de esos que tanto nos gustan en cualquier disciplina susceptible de ser listada.
Y lucen las Estrellas y brillan los Soles de la gastronomía. Y es el momento de felicitar a los agraciados, regocijarse y brindar por ellos bien alto, porque son todos los que están. 
En Palencia ya lucen histórico moreno La Estrella del Bajo Carrión a la luz de dos soles y Hostería de Los Palmeros al fulgor de uno y, hogaño, comienza la tostadera al ardor de su candela Restaurante Terra, flanqueados los tres por los recomendados bajo los rayos de la petrolera. Enhorabuena a todos y cada uno.
Pero también es momento de valorar y de tener presentes a tantos otros que no dejan nada al azar y cada instante supone un hito de mejora, de motivación y de aprendizaje, aunque ya se paseen tranquilamente por el limbo de los sabores y del servicio, porque no están todos los que son. Y ‘me se’ vienen de carrerilla unos cuantos. Y los listados no son perfectos, como ninguno lo somos… y aquí está su pequeño homenaje. 
Para que sigan siguiendo la senda que siguen. Os seguimos.