Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


El esfuerzo

13/09/2021

Cualquier empeño en el mundo de los vivientes supone un largo camino de superación, donde la abundancia de venturas y desventuras se hace incontable, y acompañan a la mujer y al hombre en cada uno de sus días con sus noches, hasta lograr que sus sueños e ilusiones sean una realidad, porque en tales afanes han unido el corazón y sus palpitaciones en un canto hacia la honrada conquista de sus ansiados afanes y desde multitud de desvelos numerosos.
Llegar al éxito de sus proyectos, en los cuales ha puesto firmeza y tesón, ha entrañado la alerta de sus sentidos corpóreos y espirituales, los cuales animan y alientan cualquier inquietud emprendida, desde la fuerza que nace del intelecto, y para conseguir las aspiraciones deseadas.
Conseguir el triunfo, requiere esfuerzos físicos y mentales, que implican cansancios sin cuento y fatigas incontables, venidas del trabajo intrépido, el cual es el blasón que acompaña al ser humano toda su vida y en cada acción que emprende, y de esa tenacidad o perseverancia tienen su origen los triunfos y las victorias.
En el esfuerzo, se forjan mujeres y hombres con suficiente bizarría para superar todos los escollos que el devenir les presente, al tiempo que de los esforzados aflora una estirpe heroica, capaz de cambiar la decadencia humana, en cualquiera de sus aspectos positivos y en cualquier rincón del planeta, y en el esfuerzo surge el temple y el valor para abordar empresas difíciles, venciendo el miedo que entrañe la acción, sabedoras de los peligros que se ciernen en cualquier momento, sazón y lugar.
El esfuerzo entraña un carácter indeleble en la persona humana, y tal carácter forja su espíritu hacia el infinito de su pensamiento, en la búsqueda de la hazaña de vivir con acierto hasta llegar a la cumbre, y donde nacen las grandes efemérides a lo largo de los tiempos y de la historia, escritas, plasmadas o esculpidas, desde el sosiego y la paz, o en los campos de batalla.
Y en el esfuerzo se erige la grandeza humana, expansión de la divina, en todo su esplendor, y manifestada en cuantas obras sencillas o grandiosas asombran, agrandan y ensanchan el espíritu y el corazón de la mujer y el hombre de todos los siglos.

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