Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Angustiados e indefensos

12/09/2021

¡Vaya temporadita llevamos! Te levantas y te acuestas con lo mismo. A más de año y medio trascurrido cuando hemos despertado y mirado al espejo, casi no nos reconocemos. Ya no somos los que éramos. Todo son cabellos blancos, ¡menuda liberación, decimos, eso de no tener que teñirse! Liberación, sí, y a esto se ha sumado el precio de la luz. 
El pasado lunes al ir comprar el bendito pan, ya  era un poco más caro. Lo raro es que no hubiera subido a juzgar por cómo están afectando los precios a esta situación. Si el/la Covid nos mata, la luz nos arruina. Y los de Podemos proponen a los Ayuntamientos navarros que «se declaren insumisos» y dejen de pagar la factura de la luz hasta que no bajen los precios. ¡Qué chicos más listos! Aunque, de hecho, ya hay varios que lo vienen haciendo, alegando que sus necesidades son las de priorizar otros pagos. Y duermen tranquilos, saben que el día que toque pagar no saldrá de su bolsillo además, que la ley prohíbe para estos organismos públicos el corte del suministro eléctrico. 
Pero, ¿qué aconsejan que hagan los autónomos, los de la pequeña y mediana empresa y muchas familias? ¡Ahí, ahí! Ese es el quid de la cuestión. Porque si dejas de pagar, al segundo mes de decirte «oiga, que debe esto»  y no se atiende el pago, directamente cortan el suministro y reclaman hasta los intereses acabando con todos en menos que canta un gallo y a otra cosa mariposa. Algo que con las entidades públicas no pueden hacer. 
Dejar de pagar por mucho que se alegue que los ingresos son muy reducidos, que los necesitas porque detrás tienes una familia de la que has de tirar y que te apremian otras necesidades mucho más importantes les suena a cántico celestial. Como suena a buena parte de la ciudadanía las promesas que el Gobierno lanza con mucha mímica, sin remordimiento y tardanza insoportable en actuar, pues para muchas empresas y trabajadores llegará demasiado tarde.  
Mientras, a muchos novatos que ya viven de la supernómina pública les importa poco que la luz suba o baje.  Y llegará el crudo invierno. Y a tragar saliva como se pueda, y si no, ajo y  agua, lo que ya  genera situaciones muy           delicadas.