Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Diciembre

11/12/2022

Debe su nombre a que era el décimo mes en el calendario romano. Se caracteriza por ser el tiempo de la celebración de la Navidad y el final del año. Es el paradigma de esa característica de nuestras vidas que se conoce como el eterno retorno. Todos los años vivimos, casi con exactitud, los mismos acontecimientos: en el plano laboral tenemos el puente de la Constitución y la Inmaculada, que es el pórtico de la Navidad en el plano económico. Nos enfrentamos a los gastos que supondrá la celebración de las fiestas navideñas. La paga extraordinaria se nos irá de las manos de manera veloz y no nos tocará la lotería, a pesar de la ilusión con que compramos y recibimos los décimos correspondientes. Los regalos que intercambiamos en estos días también suponen gastos extraordinarios. Especialmente si hay niños en la casa. Volveremos a escuchar las viejas monsergas del ministro de Consumo sobre los juguetes que debemos regalar y, muy especialmente, los que NO debemos adquirir bajo ningún concepto. No sé si este año se volverá a convocar la huelga de juguetes, aunque sospecho que no habrá tal, a juzgar por el éxito del pasado año. Además, el juguete más apreciado y que no reconoce segregación por razón de sexos es el ordenador, la tableta o el móvil. Es decir, el juguete electrónico, apto para niños y niñas desde los 10 a los 100 años. Ni el balón ni la muñeca. En cuanto a las comidas con que celebraremos el Nacimiento del Niño Dios y el final del año, suelen consumir la mayor parte de nuestro magro -por mor de la inflación-presupuesto. Intentaremos consumir exquisiteces que no suelen estar a nuestro alcance y que nos dejarán pesarosos porque la balanza nos recordará con toda crudeza que aquel dispendio nos ha dejado un par de kilos indeseados que tanto nos va a costar perder. Intentaremos divertirnos con la compañía de la familia y los amigos y repetiremos los gestos, conversaciones y malentendidos inherentes al consabido ambiente festivo de los días que se avecinan. Confieso que, a pesar de todo lo dicho, yo intento vivir estas entrañables fiestas con el mejor ánimo, esforzándome en no caer en la rutina anual para intentar que sea esta una Feliz navidad como deseo a todos los lectores de Diario Palentino.