Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Tiro al blanco de los partidos

13/03/2023

Los países disparan a sus propios partidos como si fueran dianas. En Francia, el PS del masón Macron, en deriva a la extrema izquierda, va de capa caída por la reforma de las pensiones, se paraliza Francia, hoy en agonía por su supervivencia o, traduciendo a Unamuno, en lucha por subsistir. El libro de Nicolás Bayerez La France qui tombe, describió en 2004 una Francia sin crecimiento, con paro imparable, trabajo precario, huelgas, impuestos, inmigración, inseguridad… y cualquier anuncio de reforma que afecte al estado del bienestar provoca reacción sindical. En España, Sánchez ha suicidado al PSOE haciéndole vestir un disfraz de Unidas Podemos que le va como un Santo con dos pistolas. Ciudadanos anda perdido entre cambiar de nombre, refundar un nuevo partido, o desaparecer del panorama empujado por el aluvión de sus miembros. Lo que el río trae, pronto lo lleva. Con las siglas partidos y miembros se diluyen: Zapatero, Bono, Pepiño, Ábalos, el maletero valenciano… ¿Irán al limbo de Roldán el director del Guardia Civil? O se reinventarán como Pepiño Blanco, repartiendo fondos europeos, o Zapatero, suave introductor de Podemos. Pero ¿por qué fracasan los partidos y a la vez? Es indudable que la sociedad de la comunicación y nuevo orden tienen mucho que ver. De internet se extrae el día a día con excesiva rapidez. Los canarios de la trama socialista de 'tito Berni' se han conocido con tal inmediatez que uno de sus malhechores al detenerle todavía se preguntaba si había cometido alguna ilegalidad. Las coladuras de Pedro Sánchez con Podemos han sido publicadas a matacaballo. Y cuando se persiste en los errores con insistencia por egoísmo, hasta el ciudadano más nublo ve la realidad de la ingeniería social para desmantelar la nación. Todas las leyes aparentemente absurdas, desde la ideología de género, el 'solo sí', la 'Ley trans', o las normativas agrícolas y ganaderas tenían un fin: entrar como un elefante en una cacharrería, rompiéndolo todo. Y al verse el objetivo, se caen las mentiras de Sánchez como castillo de naipes. Y si todo cae, ante el vacío de poder, solo quedan soluciones que nadie quiere.