La Policía controla a diario a 144 mujeres palentinas en riesgo de sufrir maltrato

Esther Marín
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En los primeros seis meses del año se han presentado 146 denuncias -117 el año pasado - y se han solicitado 30 órdenes de protección, doce de las cuales han sido denegadas

La Policía controla a diario a 144 mujeres palentinas en riesgo de sufrir maltrato - Foto: consuelo lópez

a violencia de género ha experimentado un aumento en lo que va de año respecto al 2012 en lo que a denuncias se refiere, lo que no significa que el número de víctimas sea mayor. De las 117 registradas entre enero y junio de 2012 se ha pasado a las 146 computadas en este mismo periodo del actual ejercicio, tal y como se refleja en los datos del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.

Desde distintos ámbitos, instituciones y entidades sociales se trabaja para evitar que estos número sigan subiendo y se insiste en la conveniencia de la colaboración ciudadana para informar de cualquier situación de ese tipo.

El Ministerio de Interior creó en 2003 las Unidades de Prevención, Asistencia y Protección a Mujeres, mediante las cuales la Policía se ocupa de la protección activa de aquellas víctimas que corren mayor peligro.

En Palencia, 144 mujeres están incluidas en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Esta protección oficial activa conlleva un seguimiento de estas mujeres en función de su nivel de riesgo (bajo, medio, alto), al tiempo que se realiza una labor preventiva, emitiendo avisos, alertas y alarmas cuando se detecta alguna incidencia o acontecimiento que pueda poner en peligro la integridad de la víctima.

«Dependiendo de los casos se acompaña a las mujeres, se les hacen llamadas telefónicas o se les realizan controles periódicos para saber en qué condiciones se encuentran», explica Milagros Manchón, jefa de la Unidad contra la Violencia de la Mujer de la Subdelegación de Gobierno.

En esta labor colaboran diferentes instituciones públicas que tienen competencias en materia de violencia de género, para establecer una red que permita el seguimiento y protección de forma rápida, integral y efectiva de las mujeres maltratadas, y de sus hijos e hijas, en cualquier parte del territorio nacional.

Manchón añade que el 25% de estas mujeres controladas por el riesgo que corren de ser objeto de violencia machista son extranjeras. Este porcentaje ha aumentado en el último año.

Respecto a su edad, el 48,6% se encuentra entre los 31 y 45 años. No hay ninguna de más de 65 años. En el otro extremo se encuentra el dato escalofriante de que una menor forma parte del grupo de palentinas con protección oficial activa. Por su parte, en cuatro de los casos el nivel de riesgo de la víctima es calificado como alto.

«Es muy importante la prevención, tanto en el ámbito urbano como en el mundo rural, ya que la percepción de estos casos es distinta y las personas tienen que saber que algo les está pasado y pedir ayuda», precisa la responsable de la Unidad contra la Violencia de la Mujer.

DÓNDE ACUDIR. Muchas veces las mujeres no piden ayuda, bien por miedo, bien por no saber que están siendo víctimas de violencia.   Por ejemplo, en lo que va de año, tan solo diez mujeres palentinas han utilizado el número de teléfono 016 para resolver dudas, solicitar recursos o exponer su situación. En seis de los casos llamaron las propias víctimas, mientras que en el resto fueron familiares o amigos los que marcaron el 016.

«Queda mucho trabajo por hacer, tanto desde las administraciones como por parte de víctimas, familiares y sociedad en general», insiste Manchón. «Muchas veces tenemos a alguien al lado que está sufriendo este tipo de violencia y lo desamparamos porque consideramos que es algo privado que forma parte de su intimidad y en lo que no debemos meternos, pero hay que ayudar», puntualiza.

Por otra parte, de las mujeres con protección oficial activa, este año han sido doce las que han utilizado el Servicio Telefónico de Atención y Protección para Víctimas de Violencia de Género (Atempro), que es gestionado por Cruz Roja.

En los primeros meses del año,  tal y como se recoge en los datos del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, se han solicitado en Palencia 30 órdenes de protección, de las que 12 han sido denegadas.

Además hay cinco usuarias con dispositivos electrónicos de seguimiento en el ámbito de la violencia de género. Esto quiere decir que son diez las personas que llevan activos estos dispositivos, ya que se colocan a las mujeres víctimas y a sus maltratadores.

Estos mecanismos de detección de proximidad se imponen por orden judicial en los procedimientos de violencia de género en los que se dicte una medida cautelar de alejamiento y concurra una situación de especial riesgo para la víctima.

 Una vez adoptada la decisión judicial se comunica a la empresa gestora y a las fuerzas policiales en un plazo de 24 horas, para que puedan disponer de toda la información tanto de la víctima como del inculpado.

El sistema conecta al supuesto agresor y a la mujer con un centro de control único operativo las 24 horas del día y todos los días del año, donde personal cualificado atenderá las incidencias y trasladará toda la información relativa a las mismas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Además de recibir información en tiempo real sobre la ubicación geográfica de agresor y víctima, detecta y demarca las zonas de exclusión (aquellas a las que no puede acercarse el agresor por orden judicial) y las de inclusión (aquellas en las que se supone que debería estar en momentos determinados) para controlar el acceso del inculpado a las mismas.

Tanto el inculpado como la víctima estarán equipados con un dispositivo. En el caso del agresor, se trata de un brazalete ajustable a la muñeca o el tobillo que funciona como transmisor de radiofrecuencia y que lleva aparejado un dispositivo de rastreo GPS.

El equipo de la víctima es parecido a un teléfono móvil, permite la comunicación de voz y datos con el Centro de Control, incluye un sistema de localización geográfica por GPS, un botón de pánico para activar en casos de emergencia y un dispositivo de radiofrecuencia que detecta la proximidad del agresor para advertir tanto la víctima como el centro si éste quebranta la medida de alejamiento.