Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Elecciones en Galicia

27/02/2024

Los resultados de las elecciones gallegas nos muestran directrices y líneas rojas de lo que busca un electorado que sabe lo que se juega. Galicia ha despreciado a los extremos populistas de izquierda y derecha. Desde Vox a Sumar, Podemos o Las Mareas. El voto ha buscado y exaltado el amor romántico a la tierra en el BNG, pasiones y cariños que cantaba Rosalía, versos de madre, de donde sale la literatura. Rosalía la de los Cantares gallegos, reconoció a la matria acuñada por Plutarco en la Grecia oscura, o Borges en su naturaleza madre, o doña Emilia como cuarto propio. El cantante Amancio Prada entona unos versos que explican muy bien por qué ningún gallego puede huir del mar y de su paisaje: «La marea, en el corazón, me zarandea». Lo recitaron Valle Inclán, Castelao, Cunqueiro, Torrente Ballester, Cela, y hasta María Ostiz lo desgrana en No te vayas Rianxeira, o N'a Veiriña:
Hoy te vi pasar el río,
Con zoquinhos de madeira.
Ibas tan remangadinha
Al pasar por la ribeira.
Galicia ha dicho sí al gallego docto de Orense con un escaño de evasión; como en la escuela de arquitectura cuando estudiaba salió de delegado por votación el Pato Donald. Y se han reafirmado las soluciones, los buenos programas, la gestión honrada, desechando los 68.000 euros en bollería, churros y porras de los desayunos de Yolanda Díaz, contraponiendo el buen hacer a las trampas de última hora, la de Atocha, los pellets, cada cual en su magnitud. Galicia se ha negado a la estupidez política y a revanchas de fracasados personales de los inútiles, frustrados y perdedores. Las frases inanes, los disparos de Mónica García, se han ido por la borda a alta mar o perdido en verdes laderas. Los gallegos han reconocido la ausencia de verdad en lecturas tendenciosas de palmeros de prensa, los que rápidos para paliar fracasos han dicho que el PP ha perdido dos escaños, o que las elecciones eran un plebiscito de Sánchez sobre Feijóo, y que se retuercen de dolor cuando gana Feijóo, o la alegría precipitada y no contenida de una panfletaria Angels Barceló y así un sinfín de sectarios. Galicia ha sabido ver lo que se jugaba.