Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Peculiaridades

30/04/2023

¡Qué tiene el poder madre, que nadie quiere soltarlo! Platón no se preguntaba si los hombres y las mujeres son o no son iguales, sino  «si nos conviene que lo sean en el modo de hacerlos trabajar a todos para el Estado».  Pues eso mismo, teniendo en cuenta la valía de quien lo disponga, es lo que se preguntan muchos ciudadanos al ver lo que realmente se está viviendo. Sánchez defiende los logros de su política económica y la paz social. Pues sí. Las arcas públicas recaudan más que nunca y en contrapartida las colas del hambre crecen tanto como mengua la paz social. Díaz y Montero cambian una misma ley en el mismo día. El BOE alucina y, ambas, se publican. Y eso ocurre dentro del Gobierno. No se ajuntan, pero siguen juntos. Otra que no se ha entendido es la ley del solo sí es sí. «Un día triste para las feministas de este Congreso» dijo una voz airada desde el banco azul el pasado día 20.  ¡Pues menuda defensa! Porque ¿dónde sitúan a todas las  feministas que han soportado tanto sufrimiento? Explíquenlo; no estamos orgullosas. Eso sí que es triste. Nadie más que el Gobierno elaboró esa ley por unanimidad. Hay preceptos que dejan perplejos; como quien lanza al viento confeti pero sin una idea definida de dónde van a caer. Una vez leí: «… mirar desde la tierra un naufragio lejano sin conmoverse del espectáculo de la ruina ajena…». No creo que nadie se alegre, pero debió pararse de inmediato para no llegar en seis meses a lo que se ha llegado. Algunas afectadas han dado la cara juzgando que son ellas y no ellos las que han de esconderse. Ya hubiésemos tenido en tiempos pasados la oportunidad que se han encontrado ciertas Excmas. Su yo hizo despreciar los consejos de los más doctos; las advertencias se han cumplido. 
Y el pueblo no sale de su asombro. Pues sabe opinar y emplea para decidir lo que cree más correcto y adecuado Excmas: deberían mandar menos desde su posición privilegiada que la saldeva, sin tanta soflama, la hemos llevado muchos años en el bolso y lo único que percibimos es que están más versadas en los placeres de la vida, que en luchar por el respeto de los valores mutuos entre hombres y mujeres.